Por: Virginia D. Nazarea y Rafael Guitarra
Es una historia antigua que dice que el Dios padre y la madre Agua han sido solteros y que han sabido estar conversando sobre las creaciones. Entonces decían, “tenemos que crear a la tierra, los animales y las plantas.” “Pero, ¿cómo podemos crear?” decía el Dios al Agua, la madre Agua le decía “Como tú eres un hombre y como tienes poder, puedes crear todo.” “No –le decía el Dios- si pudiera yo sólo, tú también podrías crear.” Entonces ni el uno ni la otra se pusieron de acuerdo. En una de esas el Dios le propone matrimonio y dice, “Para hacer todo esto sería mejor que nos casemos. Podemos crear con mayor facilidad.” Pero la madre Agua no aceptó la propuesta de Dios. Entonces el Dios andaba rogándole hasta por tres días que se casara con él.
Ya después de algunos días se pone a pensar la madre Agua y dice, “Para crear todo eso es verdad que tenemos que casarnos y unir nuestras fuerzas,” y se regresa a donde estaba el dios a pedir disculpas y a aceptar el matrimonio. “Bueno –le dice- acepto casarme contigo.” Entonces se casaron, se unieron y se pusieron a crear, formaron tierras, lomas, plantas y animales de ambos sexos. Todo lo que iban creando, las plantas y las cosas, machos y hembras, sabían hablar en ese entonces.
Ya formado todo dicen, “Ahora algo nos hace falta para que tenga ideas y pensamientos como nosotros.” Entonces se pusieron a conversar para la creación del hombre. Se pusieron a mezclar la tierra con el agua formando tanto al hombre como a la mujer. Entonces, es así que nuestros antepasados son formados de esa manera y seguimos creciendo hasta estos días. Nuestros padres son Dios, Agua, Tierra y estamos formados de estos tres elementos que están en nuestros cuerpos.
Cuentos de la Creación y Resistencia, Ediciones ABYA-YALA