José Morales: parado, segundo desde la derecha.
Hay cuatro otavaleños que han ostentado el cargo de Encargado de la Presidencia de la República. El Doctor Mariano Suárez Veintimilla fue uno de ellos, quien fue presidente del Congreso Nacional y Encargado de la Presidencia de la República, desde el 2 hasta el 25 de septiembre de 1947. Él es abuelo de doña Amelia Bolaños Veintimilla, madre de José Morales.
Mariano, el segundo nombre de José Morales Bolaños, fue sugerido por su madre como homenaje a su ilustre abuelo. José nació en Otavalo, en 1920. Fue uno de los dos hijos del matrimonio conformado por don Pedro Morales y doña Amelia Bolaños Veintimilla. Carmela es su única hermana.
José Morales jugó fútbol, empezando como defensa y luego, se afianzó en su puesto habitual, volante. Era ambidextro, buen cabeceador y conseguía muchos goles a fuerza de astucia y oportunismo. Corría mucho de la defensa a la delantera. Era incansable y estaba en todas partes. Un lujo de jugador.
Jugó inicialmente en el Club Stalingrado y luego, en el Club Shyris. Con la selección de Imbabura, ganó la Copa Chimborazo, en Riobamba. Tuvo la oportunidad de jugar en el Estadio Capwell de Guayaquil y fue uno de los pocos afortunados en viajar hasta Esmeraldas en avión, cuando la aviación comercial recién despuntaba en Ecuador. Fue convocado a la selección nacional, sin embargo, se excusó para mantener su puesto de trabajo en los abastos.
Formó parte de una legendaria selección de Otavalo, recordada como la aplanadora. Una selección que infundía miedo por la capacidad goleadora, de la cual José Morales formaba parte. Las selecciones de ese entonces: Atuntaqui, Cotacachi e Ibarra recibieron el mismo marcador de tenis: 6-0.
Algunos nombres de esta época son: Luis "Avicinio" Paredes, Abel Vargas, Francisco “Pacho” Hernández, César Cabascango, César Flores, César Picón, “Negro” Borja, “Chagra” Almeida que venía de Quichinche, Juan Jaramillo, padre de Armando Jaramillo Miño que jugó profesionalmente en el Deportivo Quito de la capital, “Shu” de Mora, un jugador que pateaba fortísimo.
Integró la selección de Imbabura, cuyos miembros son recordados parcialmente: Humberto Almeida, Miguel Guarderas, César Flores, Abel Vargas, José Morales, Néstor Pinto, Leonardo Lema, Luis Paredes, “Mono” Orbe, Nelson Picón y César Rodríguez. Esta selección logró grandes triunfos en los campeonatos nacionales que se realizaron en Quito, Manabí, Riobamba, Latacunga y Cuenca.
Después de retirarse de la vida activa, fue entrenador del equipo Deportivo Quito, de Otavalo. El Club Shyris le otorgó el título de “Presidente Vitalicio”. La Ciudad de Otavalo le rindió un homenaje póstumo en 2018, en la Casa del Colibrí.
El apodo
La gente en Otavalo recuerda a José “de la leche” Morales con afecto. Según Raúl Morales, su hijo, el apodo es una herencia de la labor de su abuelo, don Pedro Morales, quien tenía la consignación de la leche en Los Portales. Este trabajo fue asumido después por don Miguel Guarderas, también conocido por “el señor de la leche”. Curiosamente, se dice que José Morales consumía leche en vez de agua y por eso tenía una resistencia envidiable en los partidos.
Los balones de antes eran confeccionados a mano, hechos de cuero. Eran pesados y cuando se mojaban, adquirían mayor peso. Aparentemente, una consecuencia del cabeceo frecuente de José Morales, ocasionó una lesión en una arteria de su cerebro que empeoró con el paso de los años. Falleció en 1985, tenía 65 años.
Siendo ligero de complexión, volaba en la cancha. La gente lo recuerda como un jugador caballeroso, sencillo en sus actos, grande por sus goles. Su nombre y sus acciones están asociadas con la gloria deportiva de la ciudad de Otavalo. Su nombre y sus logros permanecen como ejemplo de excelencia en la memoria de la ciudad.
Tomado del libro