Por Edwin Rivadeneira
En esta anécdota no voy a decir el año ni el nombre de la Reina del Yamor, pero ocurre que en la noche del Pregón de las Fiestas, el Parque Bolívar estaba repleto de una multitud que presenciaba el desfile de carros alegóricos y comparsas, el despliegue de juegos pirotécnicos, etc.
Al pie del Palacio Municipal, en el pretil estábamos acompañados de las Reinas del Ecuador, de Quito, de otras ciudades y claro la del Yamor que al otro día entregaba su reinado. Todos nosotros, coordinando el desarrollo de tan importante acto.
Pese al esfuerzo de la policía, la multitud nos empujaba para uno y otro lado. Era casi imposible lograr unos dos metros de espacio para la seguridad de las bellas damas y simultáneamente seguir organizando esa programación. En medio de ese apretujamiento ocurrió lo peor. Se le cayó un lente de contacto a nuestra Reina del Yamor.
Que nadie lo pisara. Que había que encontrarlo. Lo logramos. Se colocó. ¡Qué alivio!
Pero eso no fue lo peor porque se le volvió a caer dos veces más. Creo que el afecto que le teníamos a nuestra Reina se fue al suelo y no lo recuperamos nunca.
Gajes del oficio… pero es festejo siguió inalterabnle en la multitud. La fiesta muy linda. Todos risueños, felices y mareados. Nadie supo lo que nosotros sufrimos aquella noche.
Leyendas, Tradiciones, Relatos, Anécdotas, Variedades del Ecuador, Ministerio de Educación y Cultura, 2004.