Germánico Guevara
 

Desde el punto de vista de la filosofía política, para Hobbes, el poder es un atributo del Estado y es absoluto, puesto que el individuo, para preservar su seguridad, lo ha transferido, se ha despojado de él. Este poder no tiene más límite que la fuerza y la potencia, así el Estado se convierte en una máquina poderosa que devora al individuo en virtud de su poder según menciona Leviathan. El poder público en general, es propio del Estado y los diversos sistemas y clases de organización política, se distinguen al responder la pregunta sobre quién detenta el poder, no es más que la persona revestida de esta capacidad que brinda el Estado, con el propósito único de servir a la colectividad, satisfacer necesidades básicas sin intereses politiqueros subterráneos, individuales o de grupo. Estar claros que el poder es efímero, se termina cualquier momento… mientras dure se debe cumplir a cabalidad los deberes públicos sin esperar recompensa alguna, si es que así se ha procedido…

El poder está emparentado con la política, Aristóteles consideró a la política como una ciencia práctica y la sociedad como naturaleza, no como convención. La sociedad para él es inherente al hombre, pues toda comunidad tiende a un bien, así se debe interpretar el ser de la polis. En su pensamiento Aristóteles la sociedad y el Estado se identifican, pues lo social es lo político y la polis significa la interpretación estatal de la sociedad, la polis es el Estado-ciudad.

En los Estado modernos, Estado social de derecho se debe conjugar equitativamente las cuatro dimensiones que configuran al Estado: La Democracia, la Política, El poder, La ciudadanía. Si llegare a faltar un componente se desequilibra el accionar del Estado, por tanto, quien detenta el poder, más aún si es por mandato ciudadano, tiene la obligación moral y ética de utilizar el contexto de la política, cuyo único fin debe ser el servicio a los conciudadanos. Entendiendo a la política como el arte,  la ciencia de hacer bien las cosas.

Están por demás  los manejos interesados, abusivos, autoritarios del poder. No se debe manejar las parcelas de poder al arbitrio de un solo individuo, que revestido de ese poder que le otorga el Estado, transforma a su espacio en un feudo privado, rodeado de incondicionales, bufones de la política, mandaderos que simplemente cumplen con el designio del supremo. Se hacen las cosas a conveniencia personal o de grupo, disfrazando intereses ocultos, con el aparente servicio y satisfacción de necesidades de  los conciudadanos. Prácticas que deben ser desterradas de nuestra sociedad, los sujetos, las personas verdaderamente demócratas, por el poder que nos brinda el hecho de ser parte de la polis-sociedad, (consiguientemente todos somos el Estado). Estamos conminados, obligados a denunciar,  a rechazar  estas prácticas que rayan en la corrupción y que no hacen más que perpetuar el clientelismo polítiquero, la perpetuación del estado de postración de las grandes mayorías y del subdesarrollo o tecermundismo de la sociedad ecuatoriana.

 

 

Germánico Guevara
Otavalo, 1959

 

Es un obrero del quehacer cultural de Otavalo y de Imbabura. Tiene formación académica en pedagogía y derecho. Es un ciudadano que ama a Otavalo y desea que su ciudad transite por el sendero del auténtico desarrollo y progreso en todos los contextos.

Es miembro del directorio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión", Núcleo de Imbabura.

Sus libros forman parte de la colección Tahuando, cuyas temáticas son variadas: educación, derecho, política e investigación científica. Escribe para la Revista Imbabura y el periódico Letras de Imbabura.

 

Visitas

003424463
Today
Yesterday
This Week
Last Week
This Month
Last Month
All days
1906
1628
7166
3401147
16379
75472
3424463

Your IP: 185.191.171.3
2024-05-08 15:17

Contáctanos

  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
  • mailelmundodelareflexion@gmail.com
  • mapOtavalo, Ecuador, 1961.

Siguenos en