Patricio Vásquez

 

El tren de la Historia viaja a través del tiempo en la ruta de la existencia del presente al ayer. Su única parada es en la estación del presente, es decir, el “hoy”, una fracción de tiempo tan ínfimo en que descarga cronológicamente su información para comprenderla, explicarla y una vez conocida, sirve para vivir, crear y poder proyectarse al futuro que es incierto e infinito. Pero nunca viaja hacia él, ya que inmediatamente sigue al pasado a mayor velocidad que la luz y no te espera.

De tal manera que la historia es la existencia en un tiempo inmenso del pasado. En el tren todo pasa, su carga es real pero su información a bordo oral o escrita no siempre llega intacta, debido al estropeo de la vida que cuenta todo a lo largo de su viaje.

Todos somos pasajeros en este tren, hacemos historia en nuestro respectivo asiento de la vida y en un presente que casi no existe, pero en él hacemos el día, los meses y años.

Sin el desarrollo evolutivo de la humanidad no hubiéramos abordado el tren de la historia, dentro de ella sin el lenguaje y escritura no habría información. Así, hubiésemos desconocido los hechos, sus causas y consecuencias.

Del temor a lo desconocido y al amparo de nuestro credo nace la necesidad de subsistencia, como también el desarrollo del ingenio de nuestra creación. El hombre ha hecho los cambios necesarios para cada vez mejorar la vida, la historia nos cuenta la verdad, acompañada también de datos falsos a conveniencia o tal vez no.

En muchos años se teoriza una idea, un resultado de investigación, una ley y, al andar del tiempo, unas han sido reemplazadas por otras. Así, los hombres de ciencia descubrían la verdad, pero la corona y la religión la sometían a su convicción. Las guerras eran transmitidas al pueblo en epopeyas donde el triunfo o derrota acomodaba el poder.

La Edad Media de la Historia significó un tiempo de retraso en la ciencia por la persecución de la iglesia, a través de la inquisición a quienes pensaban diferente. Luego se llegó a los años de cambio para con el modernismo poder dar a conocer los descubrimientos considerados prohibidos en la edad histórica anterior y más adelante pasar al tiempo contemporáneo.

Todos estos estadios históricos deben ser contados con un alto sentido de “Razonamiento lógico”, el cual nos permite formular crítica constructiva. Esto es, indagar y corregir errores para poder tomar decisiones y buenas respuestas, por sobre todo en ciertos datos que se presentan cuestionables. De esta manera nos acerca a la realidad de los hechos o a estar en la realidad de los mismos de manera más creíble.

Así, el estudiante podrá reflexionar, tomar atención al tema y descubrir. Porque no todo es verdad, hay muchos datos históricos que presentan una interrogante.

El conocimiento de cada una de las ciencias viaja en el tren de la Historia, para ser impartidos en la educación, a través de sus métodos y técnicas. Estos se han venido dando desde la forma más tradicional de aprendizaje hasta las corrientes más modernas de lo cognitivo y de educación social; ámbitos educativos que siempre han estado dirigidos de la mano de la “La disciplina”. Solo esta técnica permite el buen desarrollo de cualquier método, caso contrario no hay buen viaje. Desde luego descartando las técnicas impositivas que le generan miedo y a su vez bloqueo de las cualidades intelectuales al estudiante, a través de la disciplina empleada y mal manejada en el aprendizaje por parte del docente. Esta forma debe ser reemplazada por estrategias lúdicas y libertarias con una correcta aplicación disciplinaria.

Tomando en cuenta que la disciplina no es solo referente de buena conducta, la disciplina compromete toda actividad del ser humano y que a futuro será más aplicada que la misma intelectualidad.  Estudiante bien disciplinado con inteligencia bien ordenada aprende todo lo que se propone conocer y hacer, logra realizarse en lo que desea. Es decir, su viaje y destino en su formación es de lo más satisfactorio. Razón por demás necesaria para instituir a la “Disciplina” como cátedra de un pensum de estudio con actividades de constante práctica, adjunto a conocimientos de:  lógica, ética, valores y civismo, misma que su aplicación inicial y mayoritaria es en la edad primaria del estudiante, con énfasis en sus primeros años de abordaje como estudiante. Y el tren de la Historia llevará resultados más positivos en la vida del ser humano.

 

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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