Compilación: Gustavo Dávila Hidalgo
Se trata de un animal fabuloso, propio de la Sierra de nuestro país. En las zonas del centro y el norte de esta región se lo describe como el perro del diablo; que tiene un lucero en la mitad de su frente y ojos de fuego que paralizan a cualquiera que lo vea.
Aparece ocasionalmente en las noches oscuras y en los lugares solitarios.
La persona que se llegue a encontrar con este ser, puede resultar favorecida, pues quienes conocen de esta leyenda cuentan que el Carbunco entrega y vomita una bola de ora incrustada de piedras preciosas…pero, quien recibe estas alhajas no debe mostrarse ambicioso, porque si lo hace, de inmediato, el Carbunco lo descubre, quita el tesoro y se lo traga, desapareciendo inmediatamente en la oscuridad, mientras que la persona que se mostró ambiciosa puede quedar ciega o paralizada.
En el sur de la sierra, su implicación maléfica está más atenuada. En esta zona se describe al Carbunco como un gato negro con un diamante en la frente que emite un gran destello. Los individuos que lo encuentran deben perseguirlo con un pañuelo o manta blanca para atraparlo y quitarle la piedra preciosa de su frente.
No obstante, quien ha logrado capturar al Carbunco y le ha arrancado el diamante, es interpelado luego por este, quien con una voz llorosa suplica que devuelvan la gema, por la cual este ser sobrenatural está dispuesta a dar cualquier cosa…
Aprovechándose de esto, sus captores que las riquezas han ambicionado, le devuelven el diamante. Carbunco desaparece, y con él todas las esperanzas de hacer realidad sus ambiciones.
En fin, el Carbunco es el ser que castiga a los ambiciosos y premia a las personas desinteresadas.
Leyendas Ecuatorianas, Compilación, Colección Ariel, 2015