Informante oral: María José Pardo
Recopilación: Óscar Ruiz
Un payaso misterioso y aterrador que se dice habitaba en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques densos llamado Mindo de la Provincia de Pichincha.
Este enigmático personaje, vestido con ropas coloridas, pero con una mirada perturbadora, generaba un aura de intriga entre los habitantes del pueblo. Muchos afirmaban haberlo visto deambulando por las calles desiertas durante la noche, su risa resonando en la oscuridad y enviando escalofríos por la espina dorsal de aquellos que lo escuchaban.
Misteriosamente se fue expandiendo rápidamente, convirtiéndose en tema de conversación en todas las esquinas del pueblo. Algunos aseguraban haber sido testigos de extraños eventos en su presencia, como luces parpadeantes y sombras inquietantes que parecían seguirlo a donde quiera que fuera. Incluso se decía que el payaso tenía la capacidad de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, dejando a su paso una estela de desconcierto y temor.
A medida que la historia del payaso misterioso se difundía, los habitantes del pueblo comenzaron a evitar las zonas donde se le había visto, temerosos de encontrarse cara a cara con esta enigmática figura. Algunos incluso afirmaban escuchar susurros en la noche, susurros que parecían llevar su nombre en un tono siniestro y amenazante. A pesar de los intentos de algunos valientes por descubrir la verdad detrás del payaso misterioso, este continuaba siendo un enigma envuelto en misterio y terror para todos los que habitaban en aquel pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques densos.
Jack era un payaso que aparecía solo el 28 de diciembre, una vez al año, en la plaza central del pueblo. Nadie sabía de dónde venía ni adónde iba después de su aparición. Lo único que se sabía era que su presencia estaba asociada con desapariciones misteriosas.
Se decía tenía una sonrisa aterradora y ojos que parecían ver a través de las almas. Los niños del pueblo temían su aparición y sus padres les advertían que no salieran de sus casas el 28 de diciembre.
En un año en particular, 5 niños y 2 policías desaparecieron misteriosamente después de la aparición de Jack. Los niños nunca fueron encontrados y los policías regresaron días después, sin recordar nada de lo que había sucedido.
Desde entonces, el pueblo vive en terror cada 28 de diciembre, esperando la aparición de Jack y temiendo lo peor. Algunos dicen que, si se le mira fijamente se puede ver el reflejo de las almas de los desaparecidos en sus ojos y se escucha su voz todos los días menos en el 28.