A las afueras de Catamayo vivía una mujer llamada Joaquina Menchú. Desde temprana edad, sus familiares afirmaban que la pequeña tenía una enfermedad en el cerebro o quizás un trastorno que la hacía comportarse de manera extraña, lo que llevó a muchos a pensar que tenía una conexión con lo paranormal. Los rumores comenzaron cuando Joaquina dormía sola con una muñeca muy peculiar que había encontrado cerca del río Boquerón. Su padre, Manuel Menchú, confesó que al encontrar aquella muñeca sintió una sensación tan inquietante que casi le provocó un infarto.
A medida que Joaquina crecía, comenzó a alejarse de sus padres, hasta decidir vivir sola. Sus padres, Manuel Menchú y Josefina Curipoma, preocupados, optaron por distanciarse de ella, ya que no podían entender su comportamiento. Fue entonces cuando Joaquina empezó a practicar rituales con aquella muñeca. Un día, durante uno de sus paseos, se adentró en la cueva conocida como “La cueva de la Shiriguana”. Allí, encontró unas escrituras extrañas grabadas en la roca. Intrigada, les tomó una foto y regresó a casa.
Pasaron algunos días, y la curiosidad la llevó a leer las inscripciones en voz alta tres veces. Al principio no ocurrió nada, pero esa misma medianoche, alguien tocó a su puerta. Joaquina, sin mostrar miedo, se levantó para abrir. Frente a ella apareció un hombre vestido de traje que le dijo con voz grave:
-He venido por tu alma, pero no voy a quitarte la vida. Si deseas recuperar tu cuerpo, debes casarte conmigo.
El hombre, que no era otro que Caliche, se mostró enamorado de ella. Sin embargo, Joaquina se negó. Fue entonces cuando Caliche le advirtió:
-A las seis de la tarde, el tres de marzo de 1980, regresaré por ti. Si cambias de opinión, será tu oportunidad de salvarte.
Aterrada, Joaquina decidió contarle todo a sus padres. Su padre, Manuel Menchú, buscando respuestas, fue a revisar la muñeca, pero para su horror, vio cómo esta caminaba sola. Intentó atraparla, pero la muñeca escapó saltando por una ventana y se dirigió hacia las montañas cercanas. Incapaz de seguirla, Manuel regresó a casa.
Los padres le sugirieron que buscara ayuda de un sacerdote de la parroquia, pero Joaquina se negó, afirmando que todo lo que había vivido no era más que producto de su imaginación, Joaquina les mintió a sus padres para no entrometerlos. Ante su decisión, sus padres abandonaron la casa, dejando a su hija sola.
Cuando llegó el día señalado, Joaquina no podía dormir ni comer debido al miedo. Exactamente a las seis de la tarde del tres de marzo de 1980, se escuchó un golpe abrupto en la puerta. Entre rezos desesperados, Joaquina se levantó y abrió, pero no encontró a nadie.
Joaquina volvió a sentir miedo al ver qué le volvieron a tocar la puerta otra vez, salió con un crucifijo, destallo una brisa tan fuerte que la desmayo, Caliche abrió una conexión con la tierra y el infierno, la llevó con cuerpo y alma, dejo destruyendo la casa y entró.
Horas después, sus padres, alertados por la fecha que les dijo Joaquina , regresaron a la casa y encontraron todo destruido. La casa quedó completamente vacía, como si daba una sensación de que nunca hubiese existido.
Con el tiempo, comenzaron a circular rumores en el pueblo. Algunos afirmaban que Joaquina había sido vista vestida de blanco. Sus padres, desesperados, recordaron a la muñeca y se convencieron de que aún estaba viva, escondida en algún rincón obscuro. Finalmente, Manuel y Josefina decidieron vivir cerca de donde desapareció Joaquina. Ellos querían respuestas.
No pasó mucho tiempo antes de que también desaparecieran junto con la casa, que fue tragada por las sombras de la noche. Desde entonces, se dice que en las montañas cercanas al río Boquerón aún se escuchan susurros y pasos pequeños. ¿La muñeca continuará vagando? ¿esperando a su próxima víctima?. No se sabe con certeza, pero desde el caso de Joaquina, los habitantes de la zona ya no salen solos a ciertas horas. Padres y madres de familia tengan mucho cuidado con sus hijos , no se sabe que es en realidad lo que habita con nosotros, pero lo que se conoce es que es muy peligroso.
¿Leyenda? Algunos pueblerinos que viven cerca o mejor aclarado que vivían cerca abandonaron su casa, por desaparición de algunos niños, parece que el terror no se ha terminado.
La historia de Joaquina Menchú se convirtió en una Leyenda abrumadora , recordando a todos que no deben desafiar lo desconocido.