Recopilación: Óscar Ruiz
Se dice que en la parroquia de Malacatos vivía Luis con su esposa y sus hijos, Luis era muy borrachoso tomaba casi todos los días por lo que siempre llegaba tarde a su casa, un día mientras regresaba, detrás de una loma vio a un pequeño duende con un sombrero muy grande que le dijo: “hola amigo”. Luis quedo muy sorprendido por lo que vio, debido a su borrachera se armó de valor y le dijo: “hola amigo”, el duende al ver que Luis tenía una botella de cerveza en la mano le dijo: “regálame una copita”, Luis tomo su vaso lo sirvió y se lo entrego al duende, este lo recibió, lo bebió y al ver que él no le tuvo miedo le dijo: “me has caído muy bien, ven conmigo”, Luis lo siguió y el duende lo llevo detrás de una montaña, le dio unas mazorcas de maíz y le dijo: “si tienes alguna necesidad ven a este lugar, pero no le cuentes a nadie”, Luis acepto y el duende desapareció. Ya era muy tarde por lo que Luis fue a su casa, dejo la alforja con las mazorcas de maíz en un rincón y se fue a dormir, al día siguiente cuando fue a revisar la alforja vio que las mazorcas de maíz se habían convertido en oro, por lo que le enseño a su esposa, ella muy admirada le pregunto que donde encontró tanto oro, Luis recordando la promesa que le había hecho al duende le dijo que no recordaba, tomo todas las mazorcas de maíz y las vendió en el pueblo a muy bien precio. Cada vez que se les acababa dinero Luis iba a la montaña y llevaba más mazorcas, y así durante años. Hasta que un día su esposa no pudo resistir más la curiosidad y lo siguió, al ver que su esposo se metió detrás de una montaña ella se acercó sigilosamente y vio que Luis estaba recogiendo las mazorcas, pero cuando el volteo y la vio, la montaña desapareció con todo y su esposo. Ella se sorprendió mucho y comenzó a llamar a su esposo, pero por más que busco nunca lo volvió a ver. Se dice que una vez al año aparece la montaña, pero todo aquel que entra ahí nunca más vuelve a ser visto.