En la hermosa cascada de Peguche vivían siete hermanos mariposa. Todos eran admirados por sus llamativos colores: el rojo corazón, el amarillo vivo, el azul cielo, el lila intenso, el naranja fuerte y el verde natural.
Cierto día, la mariposa amarilla fue golpeada y al caer de manera brusca, se lastimó gravemente. Los hermanos, al verla así, la llevaron a un árbol y la rodearon de amor.
De pronto, una voz se escuchó a lo lejos. Preguntaba a los hermanos, si eran capaces de unirse y de morir el uno por el otro. La respuesta de estos no se hizo esperar: fue un sí rotundo. Entonces, repentinamente, vino una gran tormenta y luego de que la tempestad terminara, un viento fuerte empezó a soplar. Los hermanos mariposa desaparecieron y en ese momento, apareció el aroiris en el cielo.
Informante
Tumbaco 1925/ Quito 2022
Una mujer que amó entrañablemente a la tierra sarance, desde que contrajo matrimonio con Don Ángel Rueda Encalada y se fue a vivir a Otavalo, en el barrio Punyaro. Vivió la época de esplendor de la Fuente de Punyaro, donde iba junto con su esposo a distraerse los domingos. Era el lugar donde las vecinas, al caer la tarde, le contaban leyendas que habían escuchado de sus familias y amigos.