Otavalo, 29 de agosto de 2025
Querida Dorys Rueda:
Soy el Carbunco, el perro negro de ojos como brasas y un diamante encendido en la frente. Durante siglos fui el terror de los caminos de Otavalo: bastaba el eco de mis pasos o el destello de mi joya para que los viajeros se persignaran, soltaran la carga y corrieran como si los persiguiera el mismo diablo. ¡Ah, qué tiempos aquellos, cuando un gruñido bastaba para helar la sangre y nadie se atrevía a mirarme de frente!
Pero hoy, ¿quién se asusta? Los caminantes ya no levantan la cabeza. Van con celular en la mano, audífonos en los oídos y la vista tan fija en la pantalla que, si me atravieso en el camino, ni siquiera me ven. Ni un susto, ni un grito, ni siquiera un “Ave María Purísima”. Nada. Uno hasta me pidió que me moviera porque quería sacarse una foto con la cascada de fondo. Otro me lanzó croquetas, como si yo fuera su mascota perdida. Y hubo uno peor: me alumbró con la linterna del celular y dijo “qué disfraz tan realista”.
La medianoche, que era mi hora de gloria, también me la arruinaron. Antes, a las doce, la ciudad dormía y yo reinaba en silencio, entre sombras. Ahora la gente anda fresca hasta las dos o tres de la mañana, comiendo hamburguesas, llamando taxi por aplicación, grabando bailes para TikTok y subiendo historias para Instagram con filtro de orejitas. Yo, que esperaba el silencio solemne para aparecer con majestuosidad, me veo derrotado por pantallas que convierten la calle en discoteca, relojes que anuncian hasta cuándo deben parpadear y voces electrónicas que corrigen la ruta si se desvían diez centímetros. Ni el mismísimo diablo se atrevería a asustar en semejante feria tecnológica.
No merezco quedar en el olvido. Soy memoria viva de un pueblo y de sus leyendas. Aunque ya nadie corra al verme ni se persigne al pasar, sigo siendo el Carbunco: guardián de las sombras, recordatorio de que la noche nunca fue un lugar de confianza ni de paseo inocente.
Con dignidad intacta (y un gruñido aún en buen estado), le saluda:
El Carbunco
Dorys Rueda, Leyendas y magia de Otavalo, 2025.
Dorys Rueda
Otavalo, 1961
Es fundadora y directora del sitio web El Mundo de la Reflexión, creado en 2013 para fomentar la lectura y la escritura, divulgar la narratología oral del Ecuador y recolectar reflexiones de estudiantes y docentes sobre diversos temas.
Entre sus publicaciones destacan los libros Lengua 1 Bachillerato (2009), Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo (2021), Leyendas, anécdotas y reflexiones de mi tierra Otavalo (2021), 11 leyendas de nuestra tierra Otavalo Español-Inglés (2022), Leyendas, historias y casos de mi tierra Ecuador (2023), 12 Voces Femeninas de Otavalo (2024), Leyendas del Ecuador para niños (2025) y Entre Versos y Líneas (2025).
Desde 2020, ha reunido a autores ecuatorianos para que la acompañen en la creación de libros, dando origen a textos culturales colaborativos en los que la autora comparte su visión con otros escritores. Entre estas obras se encuentran: Anécdotas, sobrenombres y biografías de nuestra tierra Otavalo (tomo 1, 2022; tomo 2, 2024; tomo 3, 2024), Leyendas y Versos de Otavalo (2024), Rincones de Otavalo, leyendas y poemas (2024) e Historias para recordar (2025).
Dorys Rueda, Leyendas y magia de Otavalo, 2025.