Fuente oral: Ángel Rueda Encalada
Recopilación: Dorys Rueda, 1980
Adaptación: Dorys Rueda,
Enero, 2025
 
 

Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Otavalo, un joven llamado Juan. El muchacho no estaba feliz con su vida porque, aunque su mamá y sus hermanos trabajaban muy duro, él siempre pensaba que necesitaba más. Quería ser rico y tener muchas cosas, pero no sabía cómo lograrlo.

Una noche, cuando el viento soplaba fuerte y las estrellas brillaban en el cielo, Juan escuchó una historia de los mayores. Decían que en el bosque, cuando la luna estaba muy brillante, el diablo aparecía para hacer tratos con las personas. Si alguien le pedía ser rico, el diablo les daba lo que querían, pero a cambio, debía entregar su alma.

Juan decidió que iba a pedirle al diablo lo que quería. Así que esa misma noche, se fue al bosque con una vela. Caminó hasta un lugar donde decía que el diablo se aparecía. Cuando llegó, levantó su vela y gritó: "¡Quiero ser rico! ¡Dame todo lo que deseo!"

De repente, el viento se calmó y todo quedó muy silencioso. Poco a poco, apareció una figura misteriosa vestida de negro, que daba mucho miedo. Era el diablo y con una sonrisa le dijo a Juan: "Si me das tu alma, te daré todo lo que quieras, pero me la entregarás en la próxima Navidad".

Juan, sin pensarlo, aceptó el trato. El diablo le dio monedas de oro que caían del cielo y Juan regresó a su casa feliz porque ahora tenía todo lo que quería.

Al año siguiente, Juan se hizo muy rico. Compró tierras, animales y vestía ropa elegante. Pero algo raro pasó: el joven ya no era el mismo. Empezó a ser muy grosero con su familia, y dejó de ayudar a su mamá y a sus hermanos. Se volvió frío y distante.

Cuando se aproximaba la siguiente Navidad, Juan comenzó a tener pesadillas. En sus sueños, veía al diablo venir a buscar su alma. Lleno de miedo, decidió ir de nuevo al bosque para intentar cambiar lo que había hecho. Encendió una vela blanca y pidió perdón, pero cuando el reloj marcó la medianoche, el diablo apareció y le dijo: "No puedes escapar, Juan. Ya es demasiado tarde."

Pero en ese momento, algo maravilloso sucedió. Una luz muy brillante apareció. Era la Virgen de Monserrate, vestida de blanco. Ella le dijo al diablo: "No te llevarás a este muchacho. Él se ha arrepentido de su error".

El diablo intentó protestar pero la Virgen, con un solo gesto, rompió el pacto y liberó a Juan. Él se arrodilló y lloró de felicidad. La Virgen le dijo: "La verdadera riqueza no está en el oro, sino en el amor y la humildad. Vuelve a tu familia y aprende a ser feliz con lo que tienes".

Esa noche, Juan regresó a casa, donde su mamá lo abrazó muy fuerte. Él le contó todo lo que había pasado en el bosque y cómo la Virgen lo había salvado. Desde ese día, el joven decidió ser una mejor persona. Ayudó a su familia, trabajó duro y nunca más buscó atajos para conseguir lo que quería. Y así, aprendió que el verdadero tesoro está en el corazón.

 

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
  • mailelmundodelareflexion@gmail.com
  • mapOtavalo, Ecuador, 1961.

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