No fue el sol ni la ciudad lo que despertó primero. Fueron los refranes. Y venían heridos.
Cansados de vivir en el polvo de los cuadernos, de envejecer en labios que ya no los pronunciaban, los refranes abandonaron el silencio. Se sacudieron el óxido del olvido y, sin pedir permiso, caminaron hacia la ciudad más ruidosa, más apresurada, más ciega.
Eligieron una ciudad grande. De esas donde los edificios tocan el cielo, pero las personas ya no se miran a los ojos. Donde todo se compra, incluso las palabras.
Allí aparecieron, con la esperanza de que alguien los recordara.
“Con salud y dinero hago lo que quiero” titiló en la fachada de una clínica privada, justo cuando un hombre sin seguro era rechazado en la puerta. Nadie lo leyó. Todos miraban sus propios relojes.
“El pez muere por la boca” se coló en los cables de los noticieros, justo cuando un político hablaba de ética. La frase vibró en el aire, pero fue cubierta por una risa falsa y una música triunfal.
“No hay nada nuevo bajo el sol” cayó como una sentencia sobre los techos brillantes de la ciudad. Las promesas se repetían con distinto logotipo, las injusticias cambiaban de traje y los rostros del poder se reciclaban con otro peinado.
Todo era repetición: los dedos manchados de privilegio, las palabras huecas, los aplausos alquilados. El refrán no acusaba, solo mostraba. Pero nadie lo miró. Acostumbrarse también era una forma de obedecer.
Los refranes se posaron en los semáforos, en las vitrinas, en los ventanales de las oficinas. Se ofrecieron como espejos, como advertencias, como semillas.
Nadie los oyó. Nadie los repitió. Nadie los sintió.
Al anochecer, se marcharon. No hicieron ruido. Solo dejaron atrás una tristeza callada, como la de una verdad que ya no encuentra casa.
Dicen que uno de ellos, el último en irse, escribió en una banca olvidada: “Lo que no se valora, se pierde”.
Una niña pasó por allí. Leyó en voz baja. No entendió del todo, pero por primera vez en el día se detuvo… y sintió que la tarde pesaba distinto.
Dorys Rueda, Cuentos de sueños y sombras, 2025.
Es fundadora y directora del sitio web El Mundo de la Reflexión, creado en 2013 para fomentar la lectura y la escritura, divulgar la narratología oral del Ecuador y recolectar reflexiones de estudiantes y docentes sobre diversos temas.
Entre sus publicaciones destacan los libros Lengua 1 Bachillerato (2009), Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo (2021), Leyendas, anécdotas y reflexiones de mi tierra Otavalo (2021), 11 leyendas de nuestra tierra Otavalo Español-Inglés (2022), Leyendas, historias y casos de mi tierra Ecuador (2023), 12 Voces Femeninas de Otavalo (2024), Leyendas del Ecuador para niños (2025) y Entre Versos y Líneas (2025).
Desde 2020, ha reunido a autores ecuatorianos para que la acompañen en la creación de libros, dando origen a textos culturales colaborativos en los que la autora comparte su visión con otros escritores. Entre estas obras se encuentran: Anécdotas, sobrenombres y biografías de nuestra tierra Otavalo (tomo 1, 2022; tomo 2, 2024; tomo 3, 2024), Leyendas y Versos de Otavalo (2024), Rincones de Otavalo, leyendas y poemas (2024) e Historias para recordar (2025).