La noticia se propagó como fuego: una red social había llegado para castigar con silencio absoluto a quien mintiera.

Nadie lo creyó al principio. Parecía una broma viral más, un experimento de marketing. Pero el miedo llegó pronto, como una sombra que no dejaba de crecer.

No hubo anuncios, ni campañas, ni rostro alguno tras el proyecto. Surgió como surgen las pesadillas: sin explicación, sin origen, sin escapatoria. En pocas horas, millones se suscribieron. Solo se conocía su lema, repetido hasta el cansancio: “Verdad pura, sin filtros, sin retórica.”

Al principio, todo parecía igual. La gente seguía publicando: fotos cuidadosamente editadas, frases infladas de vanidad, noticias sin fuente. Pero en cuestión de minutos comenzaron los castigos: los primeros en mentir fueron silenciados. Ya no podían publicar, comentar, reaccionar, ni siquiera enviar un mensaje.

Lo más inquietante fue descubrir que tampoco podían hablar en la vida real.


Nadie entendió cómo lo hacía. Bastaba una mentira escrita, un engaño proyectado, —ya fuera en una publicación pública o en un mensaje privado enviado a través de la red— y el castigo llegaba sin aviso: la red sellaba la voz, dentro y fuera de la pantalla.

Ella despertó sobresaltada y le preguntó a su esposo si había escuchado un ruido en la sala. Él intentó calmarla, pero su voz no salió. Solo quedó el gesto, el intento, el vacío. En la tarde, le había escrito un mensaje diciéndole que tenía una reunión hasta altas horas de la noche. Mintió y la red no lo perdonó.

Al día siguiente, la vecina quiso advertirle a un niño que no cruzara solo la calle. Corrió hacia él, levantó los brazos, abrió la boca para gritar, pero las palabras no llegaron. Todo se quedó atrapado en un silencio que parecía burlarse de su angustia. La red también la había castigado: la noche anterior, había publicado en un grupo que había donado ropa a un albergue, pero en realidad la había vendido a escondidas. La red lo descubrió. Porque siempre lo descubre. Porque siempre lo sabe.

Cada palabra fingida, cada mentira envuelta en ternura, tenía un precio: el silencio absoluto.

Uno a uno fueron cayendo en el mismo castigo, hasta que el mundo entero se transformó. Los que aún hablaban se volvieron una amenaza. No por alzar la voz, sino por atreverse a no disfrazar lo que pensaban. Su mera presencia incomodaba, desarmaba, dejaba al desnudo lo que otros preferían ocultar.

En un mundo de máscaras bien pulidas, donde lo correcto era fingir, la verdad comenzó a percibirse como un acto de agresión. Decir lo que uno sentía, pensar en voz alta, mirar a los ojos sin rodeos: gestos que antes eran naturales, ahora eran vistos como provocaciones. Porque en una sociedad adicta a la apariencia, quien se atrevía a ser sincero no solo incomodaba: desenmascaraba. Y eso, sencillamente, era imperdonable.

Entonces, los labios se cerraron. No por falta de palabras, sino por el miedo a pronunciarlas. Las conversaciones se volvieron ecos: débiles, repetidas, vacías de intención. Las reuniones eran solo coreografías de miradas esquivas. Incluso los niños aprendieron a callar antes de entender qué era lo que no debían decir.

Así, el mundo no solo cayó en silencio: se volvió mudo, como quien renuncia a lo esencial. Sordo a los vínculos verdaderos. Ciego a las preguntas que aún merecían respuesta.

La red había cumplido su promesa: verdad pura, sin filtros, sin retórica. A cambio, el silencio.

 

  Dorys Rueda, Cuentos de sueños y sombras, 2025.

Dorys Rueda
Otavalo, 1961


Es fundadora y directora del sitio web El Mundo de la Reflexión, creado en 2013 para fomentar la lectura y la escritura, divulgar la narratología oral del Ecuador y recolectar reflexiones de estudiantes y docentes sobre diversos temas.

Entre sus publicaciones destacan los libros Lengua 1 Bachillerato (2009), Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo (2021), Leyendas, anécdotas y reflexiones de mi tierra Otavalo (2021), 11 leyendas de nuestra tierra Otavalo Español-Inglés (2022), Leyendas, historias y casos de mi tierra Ecuador (2023), 12 Voces Femeninas de Otavalo (2024), Leyendas del Ecuador para niños (2025) y Entre Versos y Líneas (2025).

Desde 2020, ha reunido a autores ecuatorianos para que la acompañen en la creación de libros, dando origen a textos culturales colaborativos en los que la autora comparte su visión con otros escritores. Entre estas obras se encuentran: Anécdotas, sobrenombres y biografías de nuestra tierra Otavalo (tomo 1, 2022; tomo 2, 2024; tomo 3, 2024), Leyendas y Versos de Otavalo (2024), Rincones de Otavalo, leyendas y poemas (2024) e Historias para recordar (2025).

 

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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