Dicen que un día, el diablo, aburrido de deambular por los mismos caminos de siempre, decidió salir a buscar un alma en pleno día. Y es que en la noche, por más tétrica que fuera, ya nadie salía. Los habitantes de Otavalo, por el frío y la inseguridad, preferían quedarse en casa, viendo películas, rezando el rosario o simplemente durmiendo.

Así que, el diablo, con su mejor traje negro, bien planchado y con un discreto olor a azufre, bajó al parque Bolívar un martes, exactamente a las nueve de la mañana. Se acomodó bajo un árbol, estiró los cuernos, se lustró las pezuñas y esperó al primero que pasara.

No tardó mucho. Un joven, con gorra, audífonos en los oídos y una actitud que decía "no me importa el mundo", apareció caminando despreocupado. El diablo lo interceptó con una sonrisa reluciente.

—Buenos días, joven. Vengo a hacerte una propuesta seria.

—¿Usted es de alguna financiera? —respondió el muchacho, sin quitarse los audífonos.

Peor, soy el mismísimo diablo —dijo con tono solemne, enderezando el saco del terno con elegancia infernal—. Y vengo a ofrecerte lo que más desea el corazón humano: dinero. Montones de dinero. Billetes cayendo como lluvia. Todo para ti, a cambio de tu alma.

El joven lo escaneó de arriba abajo y dijo sin rodeos:

—Me interesa el billete. ¿De cuánto estamos hablando?

—¿Cuánto? —repitió el diablo, algo desconcertado—. Todo lo que puedas imaginar.

—No, no. Mire, con todo respeto, yo necesito mínimo unos dos millones de dólares para empezar. Cien mil para la casa de mi mamá, cien mil para emprender un negocio de celulares, cien mil para viajar y otros cien mil para emergencias. El resto lo depositaría en el banco, para que me genere intereses. Y, por supuesto, todo tiene que estar declarado, no quiero líos con el SRI.

El diablo, estupefacto, abrió los ojos desmesuradamente y sacó su cuaderno de pactos. Lo hojeó con apuro, revisó su saldo infernal y terminó frunciendo el ceño con frustración.

—Verás, jovencito, estoy atravesando un ligero ajuste presupuestario infernal —dijo, intentando mantener la compostura mientras se acomodaba los cuernos con elegancia forzada—. La inflación, la escasez de almas, los trámites burocráticos del inframundo, todo está por las nubes. Los gastos se han disparado, hasta el azufre cuesta el doble. Hoy, con toda sinceridad, solo tengo disponibles dos mil dólares en efectivo.

Pero tranquilo, el resto te lo entrego en cómodas cuotas mensuales, sin intereses, sin garante y con débito automático. Si traes a otro interesado, recibes un bono infernal por recomendación. Eso sí, los retiros se hacen únicamente en el cajero automático del cementerio,  que está en la entrada. Solo abre los martes trece, entre la medianoche y las doce y cuarto, y funciona, casi siempre.

El joven se cruzó de brazos, frunció el ceño y lo miró con decepción.

—¿Y quiere mi alma por esa miseria? Con razón ya nadie firma pactos en estos tiempos. Mejor pruebe suerte en TikTok, ahí hay quienes venden el alma por un par de likes.

Se dio la vuelta con indignación, se colocó los audífonos, alzó el volumen de su música y se alejó caminando.

Y así, con la cola entre las piernas, el diablo se marchó del parque Bolívar, murmurando maldiciones contra los recortes en los hornos del infierno  y los gustos cada vez más exigentes de la juventud moderna. Mientras se alejaba, juró que la próxima vez iría a tentar almas a algún lugar donde todavía crean en trueques simples, sin exigencias bancarias.

 

 Dorys Rueda, Cuentos de leyendas y magia, 2025.

Dorys Rueda

Otavalo, 1961


Es fundadora y directora del sitio web El Mundo de la Reflexión, creado en 2013 para fomentar la lectura y la escritura, divulgar la narratología oral del Ecuador y recolectar reflexiones de estudiantes y docentes sobre diversos temas.

Entre sus publicaciones destacan los libros Lengua 1 Bachillerato (2009), Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo (2021), Leyendas, anécdotas y reflexiones de mi tierra Otavalo (2021), 11 leyendas de nuestra tierra Otavalo Español-Inglés (2022), Leyendas, historias y casos de mi tierra Ecuador (2023), 12 Voces Femeninas de Otavalo (2024), Leyendas del Ecuador para niños (2025) y Entre Versos y Líneas (2025).

Desde 2020, ha reunido a autores ecuatorianos para que la acompañen en la creación de libros, dando origen a textos culturales colaborativos en los que la autora comparte su visión con otros escritores. Entre estas obras se encuentran: Anécdotas, sobrenombres y biografías de nuestra tierra Otavalo (tomo 1, 2022; tomo 2, 2024; tomo 3, 2024), Leyendas y Versos de Otavalo (2024), Rincones de Otavalo, leyendas y poemas (2024) e Historias para recordar (2025).

 

 

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