A  medianoche, cuando el mundo parecía detenerse en su propio borde y el aire tenía la quietud de una página abierta, el poema y los cuentos se encontraron en un cruce desierto, donde solo las palabras respiraban.

El poema habló primero, con una voz temblorosa y honda, como si cada sílaba naciera de un silencio antiguo:

—Quien me creó, Criss Ordóñez, escribe sobre el silencio: no lo nombra vacío, sino hambre que duele, sed que quema, nostalgia que arde.

En sus versos murmura:

«Los pájaros vienen al caer la tarde.

Los pájaros se van al caer la espera».

Allí, lo callado no muere: se convierte en pulso, en herida que respira.

La voz de los cuentos, serena pero firme, respondió tras una pausa que parecía contener siglos de historias:

—Quien nos está creando, Dorys Rueda, busca borrar la frontera entre lo real y lo irreal, entre lo tangible y lo intangible. En nuestras páginas, los objetos hablan, las sombras respiran y el tiempo se dobla como un papel cansado. No entregamos certezas: ofrecemos un territorio abierto donde cada frontera se vuelve eco y cada seguridad, duda.

El poema lo meditó un instante y dijo, con una claridad que brillaba:

—Nacimos de sus manos, pero ya no dependemos de su intención: somos palabras que respiran por sí mismas, huellas que siguen caminos que sus pasos nunca pisaron.

Los cuentos añadieron, como si cada palabra los sostuviera en pie:

—Somos frases que germinan en sentidos que sus manos nunca imaginaron.

El poema bajó la voz, con una ternura que dolía:

—Sí, los autores nos inventan, pero en cada lectura pronunciamos otra verdad, algo que se desprende de ellos y deja de ser suyo.

Y los cuentos concluyeron, con la firmeza de un murmullo irrevocable:

—Nuestra libertad es esta: desbordar la voluntad de quien nos soñó.

El poema y los cuentos se miraron. No hubo más palabras. Se abrazaron como sombras que se funden en la penumbra de un mismo sueño y el cruce desierto se deshizo, dejando en el aire un eco: toda obra, una vez escrita, rompe la mano que la engendró y respira con vida propia.

 

 Dorys Rueda, Cuentos de sueños y sombras, 2025.

 

Dorys Rueda

Otavalo, 1961


Es fundadora y directora del sitio web El Mundo de la Reflexión, creado en 2013 para fomentar la lectura y la escritura, divulgar la narratología oral del Ecuador y recolectar reflexiones de estudiantes y docentes sobre diversos temas.

Entre sus publicaciones destacan los libros Lengua 1 Bachillerato (2009), Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo (2021), Leyendas, anécdotas y reflexiones de mi tierra Otavalo (2021), 11 leyendas de nuestra tierra Otavalo Español-Inglés (2022), Leyendas, historias y casos de mi tierra Ecuador (2023), 12 Voces Femeninas de Otavalo (2024), Leyendas del Ecuador para niños (2025) y Entre Versos y Líneas (2025).

Desde 2020, ha reunido a autores ecuatorianos para que la acompañen en la creación de libros, dando origen a textos culturales colaborativos en los que la autora comparte su visión con otros escritores. Entre estas obras se encuentran: Anécdotas, sobrenombres y biografías de nuestra tierra Otavalo (tomo 1, 2022; tomo 2, 2024; tomo 3, 2024), Leyendas y Versos de Otavalo (2024), Rincones de Otavalo, leyendas y poemas (2024) e Historias para recordar (2025).

 

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