Era el chef del restaurante más exclusivo de la ciudad, no solo por su ambiente refinado y su cocina impecable, sino por una regla peculiar que lo hacía verdaderamente único: el menú nunca se repetía. Cada día, los comensales se encontraban con platos que desbordaban su imaginación, combinando ingredientes inusuales y creaciones inesperadas. Todos coincidían en que la experiencia era absolutamente singular. Al salir, los rostros de los comensales reflejaban una alegría indescriptible. Sin embargo, él se rehusaba a preparar sus propios alimentos y pedía que otro cocinara para él, temeroso de esa felicidad que todos experimentaban.

Sin embargo, un día decidió preparar el postre que más le agradaba. Mientras lo degustaba, lejos de experimentar la ansiada felicidad, una creciente inquietud lo invadió al notar cómo, lentamente, se delineaba en su mente el contorno de su destino. En ese instante, comprendió con claridad lo que se avecinaba. Un terror indescriptible se apoderó de él y cuando terminó el postre, supo que nada podría revertirse. El silencio lo envolvió y sin más, se desvaneció.

 

Dorys Rueda, Cuentos de sueños y sombras, 2025

Visitas

004558646
Today
Yesterday
This Week
Last Week
This Month
Last Month
All days
2495
5206
27448
4458680
99966
140435
4558646

Your IP: 173.252.127.5
2025-06-12 12:09

Contáctanos

  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
  • mailelmundodelareflexion@gmail.com
  • mapOtavalo, Ecuador, 1961.

Siguenos en