Mi reflexión sobre la pandemia
Lo malo y lo bueno
Mis miedos y temores:
Tú: Covid19
- Malvado
Llegaste en punta de pie y silencioso un mes de febrero,
- Malvado
Llegaste de repente, acechándonos con la mirada,
- Malvado
De un momento te convertiste en el protagonista de una película de suspenso: las ambulancias no cesaban de recorrer las calles.
- Malvado
Hasta “el mejor amigo del hombre” no dejó de aullar, porque su amigo había caído en tu mira,
- Malvado
Nos inundaste de miedo, zozobra, incertidumbre y dolor. Recorriste continentes y me llenaste de pánico. No sabía lo que sucedería con mi familia, a millas de distancia de aquí.
- Astuto
Confundiste la noche, el día, la mañana, la tarde, el amanecer y el anochecer. Convertiste al tiempo en un día más.
- Malvado
Impediste las visitas semanales de los hijos de mi viejita Antonia, de sus nietas, de sus amigas que iban a tomar un café en la tarde,
- Malvado
No permitiste que fuera a la iglesia, ni al parque; impediste que tuviera una vida normal,
- Inhumano
Heriste a los hombres, quienes derramaron lágrimas por doquier. Alguien que fue al hospital y nunca más volvió a salir.
- Astuto
Te cubres bien, nadie te ve, un mal silencioso. Todos buscan un arma para combatirte. Te las sabes todas.
Lo glorioso
Tú: Covid19
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Nos hiciste comprender que la vida hay que saberla vivir con amor respeto y altruismo.
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Lograste que apreciara lo sencillo y natural: el cantar de los pajaritos.
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Hiciste que los animales caminaran con libertad: pingüinos adueñados de los parques; osos paseando por la ciudad; venados curiosos de saber cómo era la gran ciudad; ballenas y delfines en sus danzas, en sus juegos de felicidad, libres de miedo porque no eran cazados, no eran atrapados, les devolviste su vida, su gloria.
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Conseguiste cerrar la gran capa de ozono, entonces comprendimos que sí era posible,
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Nos hiciste saber que, con amor y respeto a la naturaleza, todos podemos vivir como en un jardín del Edén
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Nos enseñaste que el blanco, el negro, el mestizo, el indio y el montuvio son una sola raza, sin distinción de clase social, cultural o de religión.
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Nos dejaste ver que la vida es un regalo de Dios y nos debemos a Él,
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Nos has hecho más humanos, más sensibles. Cuando escucho Vincerò vincerò vincerò, de Luciano Pavarotti, siento que mi alma se quiebra y termino en llanto