

El poema de Jorge Ampuero Vacacela expresa la urgencia de vivir el amor en el presente, antes de que el tiempo se agote. El yo lírico se dirige a la amada con un llamado claro: "Amémonos ahora que aún tenemos tiempo". Este imperativo refleja la conciencia de la fugacidad de la vida y el deseo de aprovechar cada momento mientras aún hay oportunidad. En este contexto, el poema nos invita a reconocer que el amor no puede esperar, que cada segundo compartido es invaluable y que el amor debe vivirse sin reservas.
Este sentido de urgencia se refuerza cuando el poema subraya cómo las manos y los ojos han llegado a conocer al otro de manera profunda, más allá de lo físico. "Ahora que nuestras manos conocen la ruta de tus dársenas y las mías" es una imagen que revela una intimidad compartida, donde los cuerpos ya se han explorado y el conocimiento mutuo ha trascendido las palabras. La expresión "nuestros ojos ven de qué porte es la ternura" no solo resalta la conexión emocional, sino que también muestra cómo la relación se ha desarrollado hasta un punto donde el amor no necesita ser verbalizado, ya que ambos entienden el lenguaje del otro a través de gestos y miradas. Esto refleja que el tiempo ha permitido un vínculo tan cercano que el amor se ha convertido en una experiencia sensorial y profunda.
La sensualidad también ocupa un lugar crucial en el poema, que insta a abandonar las distracciones para centrarse en el cuerpo y en el encuentro físico. La voz poética le pide a la amada que deje de "cortar flores" y promete dejar de "leer poemas". Estas acciones son distracciones que alejan del verdadero propósito del momento: vivir la conexión profunda que se puede lograr a través de los cuerpos. "Hagamos que nuestros cuerpos se enteren para qué sirven sus músculos y huesos, su sangre y su sudor" expresa de manera contundente que el amor debe ser una experiencia vivida en el cuerpo, una unión física y emocional que se construye mediante el contacto y la entrega mutua.
Finalmente, el poema refleja la conciencia del paso del tiempo, instando a no esperar hasta que sea demasiado tarde. La frase "antes de que se nos haga tarde" refuerza la idea de que la oportunidad de vivir plenamente el amor es limitada. La "noche nos pida explicaciones" sugiere la llegada del final, la inevitabilidad de lo que ya no puede ser detenido o revertido. La urgencia se acentúa con esta referencia, que invita a no dejar para mañana lo que se puede vivir ahora, resaltando la importancia de aprovechar los momentos antes de que el tiempo nos arrebate lo que más valoramos.