Por: Manuel Espinosa Apolo
La Caja Ronca es un tambor que emite un sonido pausado, ronco y lejano, acompañado por el silbido triste de un flautín. Anuncia el inicio y el final de la procesión de almas condenadas y demonios que recorre los pueblos del norte y centro de la Sierra, pasadas las 11 de la noche y luego de que una jauría de perros aúlla.
Este instrumento es tocado por dos espectros vestidos de rojo, uno de los cuales encabeza el terrorífico cortejo y otro que va al final del mismo.
La Caja Ronca se oye desde una gran distancia para advertir e invitar a los noctámbulos y descarriados a que se recojan y no salgan de sus casas, porque de lo contrario serán escogidos por los espectros de ultratumba para que los acompañen a la otra vida.
Hay quien dice que, ciertas veces, el propio Diablo, ha llegado a tocar este instrumento, con el propósito de asustar a la gente y permitir que los ladrones realicen sus fechorías.
Como remedio para alejar y hacer desaparecer el fúnebre sonido y la procesión que lo acompaña, se recomienda pellizcar a un niño de pecho, pero que ya haya sido bautizado.
Criaturas y lugares míticos del Ecuador, Grupo Editorial Norma, 2007.