Ruth Moya
Cuentan que cuando este cerro era todavía joven, se llevaba muy bien con los otros cerros. Con ellos jugaba e iban a pasearse a cualquier lugar. Vivía así muy feliz cuando un día empezó a tener amistad con un cerro hembra cuyo nombre es Cotacachi. Y los dos comenzaron a andar (a pasear) por todas partes.
Así, un día, el cerro Imbabura le dijo a la Cotacachi:
-Quiero que seas mi esposa
Y así mismo el cerro Cotacachi también le dijo:
-Quiero que seas mi esposo
Cuando se dijeron esto ya pasaban solo los dos. Por eso los dos nevaban.
Cuando vivían así, los dos juntos, en el fondo del cerro Cotacachi había nacido un pequeño cerro, es el Yana Urku (Cerro Negro).- dicen que ese cerro es el hijo del Imbabura.
De ahí, el cerro Imbabura envejeció, ya no podía caminar, le comenzó a doler la cabeza. A veces permanece envuelto la cabeza.