Cuentan nuestros antepasados que la gente de Otavalo solía viajar a la capital por un camino providencial: el Nudo de Mojanda Cajas a vender sus gallinas, su pan, sus ruanas, sus chalinas y otros enseres más.
La gente no viajaba sola, se reunía en pequeños grupos o formaba parte de una caravana, para que el viaje fuera más ameno y seguro.
La Laguna Pequeña o Chiquita era muy brava, con grandes remolinos. Si la gente pasaba cerca y no se cuidaba, podía ser arrastrada por la Chiquita con suma facilidad. Ante esta situación, los otavaleños nunca dejaron de sentir temor y durante el viaje, el tema de conversación más frecuente era cómo calmar la ira de la laguna.
Los percances que habían sufrido algunos comerciantes otavaleños llegaron a ser muy conocidos en la región, al punto que los sacerdotes de Tocachi, perteneciente al cantón Pedro Moncayo, de la provincia de Pichincha, expresaron su deseo de bendecir la laguna. Se dirigieron a Mojanda y desde la cumbre, efectuaron una ceremonia muy especial. Tomaron una gran piedra, echaron en ella agua bendita y luego, la prendieron fuego. Después, hicieron que la piedra rodara hasta caer en el fondo de la laguna.
En el momento en que la piedra cayó, se oyó una voz muy fuerte que provenía del interior de la laguna, una voz que decía: “Ya me dejaron tuerta”.
Tomado del libro de Dorys Rueda: "Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo", 2021.
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Gonzalo Rubio Orbe (Otavalo: 1909-1994)
Nacido en una familia de agricultores y granjeros es el segundo de siete hijos y el mayor de los tres hermanos varones. Obtuvo un doctorado en educación de la Universidad Central del Ecuador
Se distinguió como antropólogo e historiador de la escuela indigenista, cuyos integrantes fueron considerados como un grupo radical de intelectuales que colocó el patrimonio indígena precolombino de América Latina en igualdad de condiciones que el patrimonio del conquistador español. Perteneció al Partido Socialista Ecuatoriano, participó en el servicio diplomático en México y otros países de América Central, lo cual le permitió crear muchos contactos con indigenistas en otros países y establecer su reputación internacional en el campo.
Fue director de la escuela de capacitación docente del Colegio Normal Juan Montalvo en Quito, Director Nacional de educación y subdirector del Comité de coordinación económica. Continuó dando conferencias a estudiantes universitarios hasta el último día de su vida.
Fundación Gonzalo Rubio Orbe