Por: José M. Chávez M.

 

Se dice que en la antigüedad Dios caminaba por la tierra convirtiéndose en un viejito y pidiendo limosna. Un día cuando Dios caminaba pidiendo limosna llegó a una casa muy pobre, al entrar a esa casa vio a una familia muy numerosa, esta familia era muy pobre. Pero ellos le recibieron amables y le dijeron al hombrecito: “Nosotros también no tenemos nada que comer, porque somos muy pobres, de lo contrario te regalaríamos algo”, entonces el hombrecito que era Dios respondió: “Yo sé que en tu soberado de maíz hay una mazorca, ¿me puedes regalar?”. Entonces la mamá de la casa le ordenó a uno de sus hijos que le diera como limosna al hombrecito, el hombrecito se dio cuenta que aquella familia vivía en la más completa miseria, le dijo a uno de los niños: “Mañana a esta misma hora quiero que subas a ver en tu soberado y verás que vas a encontrar lleno de maíz”; nadie creyó lo que dijo el hombrecito, pero de todas formas al siguiente día le mandó al niño a que vaya a mirar el soberado, entonces el niño quedó asombrado de ver tanto maíz y bajó a avisar a sus pares y hermanos. Su padre todavía no podía creer y subió a mirar personalmente y también se dio cuenta de que era verdad.

Entonces en ese momento se dieron cuenta que aquel hombrecito pobre era Dios. El hombrecito seguía llegando a muchas casas pero en algunas no era bien recibido. A continuación vamos a hablar de eso.

Cuando Dios caminaba por una carretera y vio a un hombre que estaba arando se acercó y le preguntó: “Oye buen hombre, ¿qué es lo que vas a sembrar?” el hombre como era un grosero le contestó: “A vos qué te importa lo que quiera que siembre”, Dios como estaba convertido en un viejito lo mejor que hizo fue alejarse sin decir nada y avergonzado de la respuesta que le dio.

Dios como era un hombre poderoso le castigó a aquel hombre, cuando fue a mirar al otro día, vio que el terreno estaba lleno de piedras y de chilcas en vez de lo que había sembrado el hombre malo.

Pero en otro lado, sucedió lo contrario, cuando Dios vio qué estaba sembrando, se acercó y le preguntó: “¿Qué estás sembrando?”, como el hombre era bueno le respondió: “Estoy sembrando cebadita, ojalá Dios dé buenas semillas taitico mío”, entonces Dios le dijo: “Seguí nomás sembrando hombrecito que Dios te va a dar buen fruto”, al escuchar esto el hombre le dijo: “Ojalá Dios te oiga”; luego el hombre fue a mirar el sembrado y a ver si no han dañado los guachos, vio que su terreno estaba totalmente lleno de cebada y del mejor fruto.

Este hombre muy contento regresó a avisar a su familia lo que había visto, entonces toda la familia no podía creer y luego se dieron cuenta de que era un milagro de Dios y fueron a cosechar todos.

Asimismo en otra parte Dios se acercó a pedir limosna en una hacienda en la cual habían estado haciendo pan, cuando llegó a pedir limosna los dueños le dijeron que es un viejito sucio y que se vaya inmediatamente, mientras el pobre viejo seguía insistiendo para que le den algo, el patrón como era muy malo ordenó que saquen a los perros para que le muerdan. Los perros salieron ladrando furiosos, pero conforme se acercaban al viejito en vez de morderle empezaron a lamerle, al ver que no le dieron nada el viejito se alejó diciendo: “Ojalá que este pan les dure para toda la vida”, cuando salió diciendo esto un criado siguió atrás para darle un pan que él había tenido, el hombrecito le cogió el pan y le dijo: “Hoy a la medianoche esta hacienda tiene que acabarse, pero vos eres bueno y no mereces ningún castigo, al contrario tienes que salvarte, por eso tienes que irte a la montaña, porque esta hacienda va a hundirse a la medianoche”. El criado ya sabía lo que iba a suceder y a las siete de la noche salió de la casa, como le ordenó el hombrecito. A las diez de la noche empezó a llover muy fuerte y únicamente en esa hacienda, cuando amaneció, se observó que toda la hacienda había desaparecido, estaba totalmente hundida y se había formado una laguna.

Dios les había castigado a los dueños por ser tan malvados. Es por eso que se formó una laguna que en la actualidad se llama la Laguna de San Pablo. Existe una leyenda que dice que cada Año se escuchan voces en medio de la laguna y también que existe un remolino que se traga a muchas personas, pero ahora se encuentra calmada un poco porque habían hecho bendecir con un sacerdote para que la laguna no sea muy brava como antes.

 

 Imbabura Taita Parlan… (Recopilación de la tradición oral indígena: cuentos, leyendas, supersticiones, sueños y creencias), Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, 1989.

 

Portada: https://sp.depositphotos.com/101542024/stock-photo-imbabura-inactive-stratovolcano-in-northern.html

 

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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