CUEVAS, QUEBRADAS, CASCADAS

  Por: Ruth Moya

Las quebradas, acequias, vertientes y cuevas de los cerros son lugares tabú. El pasar junto a ellos trae el mal agüero, las enfermedades y aún la muerte.

Para desagraviar a los diablos y a los malos espíritus que habitan en dichos parajes es preciso entregarles ofrendas que sean de su agrado.

En Toacazo, provincia de Cotopaxi, encontré que las ofrendas consistían en gallinas, cuyes, huevos, cigarrillos, aguardiente de caña y a veces naranjas y plátanos. En esta zona el diablo asume la apariencia de un caballero español, blanco, barbado, viste calzas y largas botas negras, le cubre una capa roja. En la misma provincia, en la zona de Sigchos, el diablo asume la forma de un mono con una larga lengua roja que le cuelga. En la comunidad de Troje (Chimborazo), según el estudiante quichua Manuel Naula Yupanqui, el diablo es un animal de forma indeterminada. Es el jefe de los demonios, y se le reconoce porque viste pantalón rojo. El lugar favorito de los diablos son las acequias, poquios o vertientes y cascadas. Allí, a las doce de la noche, se encuentran con quienes quieren compactarse con él. Se compactan quienes quieren aprender a tocar la guitarra, o cantar, tejer, o trabajar. También se entregan al diablo quienes quieren “recibir fuerza para pelear” (en las peleas rituales) o desean adquirir el arte de sacar el mal aire o wayrasha phichana.

Si un infortunado acertó a pasar por un lugar que produce mal aire, deberá acudir al brujo, quien conduce al enfermo al lugar donde se enfermó. Allí el enfermo pasa toda la noche amarrado en ese lugar, “porque es un loco”, esa noche, puede sanar o morir y sólo se sabe al día siguiente. Un endiablado se llama diablo hapishka o “cogido por el diablo” y el brujo, para sacarle el mal aire hace ofrendas de trago, cigarrillos, cuyes y gallinas.

En la misma comunidad de Troje el chuzalungu vive en los cerros y pajonales. Sus víctimas favoritas son las mujeres, con quienes tiene relaciones sexuales. Éstas, señala Manuel Nauta, “se enferman como endiabladas y se vuelven como dementes”, andan de casa en casa, pueden morir por ello. El yachako “brujo” “limpia” el cuerpo de la mujer para curarla. Tal “limpiada” en realidad es una frotación con cuyes y gallinas. El brujo hace “ofrendas” al chuzalungu, una de las cuales consiste en las ropas de la mujer.

A media noche el brujo va a dejar en el lugar en que se “endemonió” la mujer: trago, cigarrillos, huevos y naranjas.

En Imbabura (Peguche, Ilumán, San Roque), según el estudiante quichua señor Alejandro Montalvo, el diablo asume la apariencia del diablo estereotipado por la religión católica. “El diablo, aclara, existe para compactarse con el brujo, si no, éste no puede curar”.

En esta zona los brujos van a buscar a los demonios en un salto de agua y allí se bañan, en luna nueva. En el salto de agua se citan todos los diablos, por eso, los brujos llevan hasta allí trago, las golosinas o mediano que consiste en cuyes asados, papas y huevos cocidos, tabacos, plátanos y dinero. Para “entrar” al sitio, los brujos van “tomados” (con tragos encima). Los que quieren ser brujos van acompañados de los brujos, quienes les hacen bañar. Los brujos y los que quieren ser brujos “rezan” a los diablos: “quiero compactar, quiero compactar…”

Cada diablo se hace cargo de un brujo el cual “le acompaña para bien o para mal”.

El candidato a brujo tiene que pasar una prueba fundamental: se presenta a un enfermo y tiene que curarlo, si no lo puede hacer, es porque el diablo no le ha acompañado o le ha acompañado un mal diablo. Si le ha acompañado un diablo bueno, sigue curando y hace prodigios.

No sólo los brujos sino todos los que quieren aprender un oficio o los jefes de la pelea ritual del tingi (tinkuy en el Perú y Bolivia) deben pasar por el baño ritual.

Según el estudiante quichua Germán Castañeda, de Ilumán, (Imbabura) las peleas más importantes se desarrollan en la comunidad de San Juan, el día de San Juan, el 23 de junio de cada año. La pelea misma toma el nombre de San Juan Capilla porque las comunidades que se enfrentan tienen como finalidad tomarse la capilla del pueblo.

En esta pelea intervienen las comunidades de Santiaguillo, La Bolsa, Cotama, Punyaro, La Joya y talvez otras aún no identificadas por el momento. Por supuesto la propia comunidad de San Juan se esfuerza por obtener la victoria.

Las comunidades empiezan a llegar a San desde el día 22. Al medio día llegan bailando y bebiendo alegremente. Este día se presentan los representantes de todas las comunidades, pero hay una especia de turno para pelear. La primera pelea comienza aquel mismo día entre la comunidad que resultó victoriosa el año anterior y la seleccionada para el primer enfrentamiento. Se pelea con palos, piedras pero se convierten en armas los instrumentos musicales, pingullos, caracoles, flautas, cachos o cuernos.

La pelea en general cesa cuando un miembro de alguno de los bandos se hiere y aparece sangre, pero tiene que existir la clara convicción de ser vencedores o vencidos. Estos últimos deben correr para evitar la continuación de la pelea. En las comunidades mencionadas sólo pelean hombres. En la misma provincia, pero en la zona de Cotacachi, las peleas se efectúan en los días de San Juan y de San Pedro. Aquí intervienen hombres, mujeres y niños. En la comunidad de Pucará de Velásquez se pelea con palos y piedras, pero en Quiroga, Morocho, Cuicocha, en el día de San Pedro sólo se pelea con lazos.

En estas peleas intervienen personas seleccionas por su vigor, habilidad y valentía. Antes de iniciar la partida de la comunidad donde se efectuará la pelea, los miembros de la comunidad invitada, especialmente los seleccionados, se bañan en una fuente o en una cascada. Los hombres se bañan con los niños y las mujeres con las niñas. En este baño se frota el cuerpo desnudo con plantas de propiedades mágicas: la ortiga, el guantu, la chilka, etc. Los baños se acompañan de expresiones como “ismungichinu” “¡Te has de pudrir!”, “armashunchik” “¡bañémonos¡”, etc. Los seleccionados invocan fuerza para la pelea, reposan mucho para poder enfrentarse dignamente.

En Chimborazo, los baños rituales igualmente acompañan las pruebas del que quiere convertirse en brujo. Según el señor Manuel Naula, el aprendiz tiene que bañarse a me3dia noche. Al momento de hacerlo, el diablo se asoma en una casa cercana.

El cuerpo desnudo del aprendiz es “pasado” o sobado en este orden, con lo siguiente:

  1. un sapo negro
  2. un hambatu o rana
  3. con la lengua del ganado (Toro), que tiene que lamerle. Si “aguanta”, es decir, resiste el áspero roce de la lengua del toro, puede “pasar” a cualquier oficio, llegar a ser brujo o músico, aprender cualquier cosa o recibir el don que pidiera el diablo. Si no “pasa” la prueba, el sujeto se vuelve “demente”.

En Chimborazo, para curar el “mal aire”, el brujo frota el cuerpo del enfermo con objetos pares: dos ajíes, dos plátanos, dos naranjas, dos huevos crudos.

Si el enfermo tiene dolor de estómago se le frota con dos piedras o dos majadas de cerdo. Si no se utiliza dos objetos, se utiliza la media docena o ishkichunga chaupi o las dos medias docenas o ishkichunga ishki chaupi.

Igual ocurre en Imbabura (Ilumán, Peguche) donde los objetos para curar son siempre en número de dos.

Según Germán Castañeda, un allí yachak o “buen brujo” debía cobrar doce sucres por la curación. Por el contrario, a un llulla yachak “brujo mentiroso” o “mal brujo” sólo le interesa la mayor cantidad de dinero posible.

  Simbolismo y Ritual en el Ecuador Andino, 1981

 Portada: http://www.aguaquito.gob.ec/programa-de-descontaminacion-de-rios-y-quebradas

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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