Le cuento la historia de la Laguna de Yambo: dicen que en la época del General Eloy Alfaro vino el primer tren con rumbo a Quito. Luego pues, yo no sé el porqué, ni cómo… que al pasar por la laguna del Yambo, se pusieron nerviosos, y que se fue adentro (al abismo) el tren.
Y cuentan que a las doce del día y que a las doce de la noche, pita el tren como pidiendo auxilio.
LAGUNA DEL YAMBO
Dos historias, una vinculada a la muerte de personas que viajaban en un tren que se descarriló y cayó a sus verdes aguas, así como otra que menciona a los panzaleos y sus rituales de combate, giran en torno a este lago natural, ubicado entre dos provincias. En el límite de las provincias de Cotopaxi y Tungurahua está uno de los atractivos turísticos más importantes de la parroquia Panzaleo: la laguna de Yambo. El lugar encierra no solo belleza natural, sino también leyendas que la vuelven mística e interesante. De ahí su apelativo de “Laguna encantada”. Cuenta la historia que a sus profundas y verdes aguas cayeron decenas de personas que viajaban en el tren de Alfaro, hace ya más de 100 años. El ferrocarril se descarriló y sus pasajeros se fueron al fondo. En sus vagones iban, de acuerdo a historiadores, insurgentes que se dirigían a la capital. Según los lugareños, aún se puede escuchar en las noches las almas de las víctimas del fatal viaje.
Otro encanto natural de Salcedo es la Loma de Tamborloma. Una leyenda indica que este era el lugar donde los panzaleos realizaban todos sus rituales de guerra. Los combatientes entrenaban al ritmo de tambores antes de aventurarse a las batallas. Según el historiador salcedense Oswaldo Navas, Yambo proviene de la palabra colorada yamboc, que significa “laguna humeante”. Aquello se debe a que en la antigüedad se presentaba una gran evaporación. Este lago es de origen aluvial. Se formó debido a la presencia de vertientes subterráneas en la parte central de donde nacen sus tranquilas aguas. Tiene una extensión de 1.100 metros de largo por 290 de ancho.