Para la gente quichua Mamá Ñuñu es pues una mujer de la casa, dueña del fuego. Donde ella, no falta el fuego, pero en algunas casas éste se apaga y toca pedir a los vecinos.
Al pedir el fuego se dice:
-Que regale, Mama Abila, o
-Que regale, Mama Ñuñu
Sin demora se le da, al que pide el fuego.
En la provincia de Chimborazo, Mamá Abila es el cerro Sangay, que nunca tiene apagado el fuego y que diariamente, en dos pailas cocina el alma de los malhechores.
La Mama Ñuñu es rica en plata y oro. Como Kamari (regalo), le llevan ya sea un cuy negro o perro negro; también se puede llevar una gata o gato negro. Pero los que odian la riqueza, cuando una perra o un animal de cualquier raza pare (cachorros) de color negro, los entierran vivos para que el diablo no venga con sus tentaciones.
Por otro lado, la Mama abuela castiga a las almas de los malhechores, según los pecados cometidos. Poseen pailas ardiendo con azufres la una, con aguas heladas la otra. Cuando estas personas gritan “arrarrai”, les meten en agua fría y cuando gritan “achachai” les botan en la paila caliente. De esta manera hacen sufrir a las almas de los malhechores.