Cuenta que un agricultor estaba arando cerca de una montaña. Siendo el medio día, se le apareció una linda señorita de piel canela, ojos celestes, cabello rubio muy largo, montada en un hermoso caballo dorado muy brioso, adornado la cabeza con flores y la montura con sogas de oro. Atraído por la belleza, sin pensar dos veces, se acercó a saludarla y cruzaron pocas palabras. Ella le contó que vivía en una gran hacienda de la montaña y se despidió muy atenta y desapareció como si fuera por obra de magia.
Al llegar a su casa muy asustado, empezó a averiguar si alguien conocía aquella hacienda, pero nadie supo darle razón. Después de algún tiempo le informaron que hace muchos años, había una gran propiedad donde murieron asesinados sus dueños.
Leyendas y tradiciones de Guaranda, Historia y Cultura I. Concejo Municipal de Guaranda, 1998