Recopilación: Óscar Ruiz
Se dice que, en la provincia de Zamora, vivía una familia que tenía dos hijos, Mateo que era muy generoso y amable con todos, y Julián que era avaro y cruel. Un día los padres de los chicos fueron a vender ganado, pero debido al mal clima hubo un derrumbe y fallecieron. Como Julián era el mayor decidió quedarse con la casa del pueblo y le dejo a Mateo la pequeña finca del campo, después de unos meses Julián vendió la casa y se mal gasto todo el dinero, como ya no tenía donde vivir, ni dinero para comer decidió irse a vivir con su hermano, pero al ver que a Mateo le iba muy bien y que tenía mucho ganado, sintió mucha envidia y decidió hacer un pacto con el diablo, este se llamaba Amaru Yana y le permitió convertirse en cualquier animal salvaje a cambio de su alma, Julián acepto, así que esa misma noche a las doce Julián se transformó en un enorme animal, color negro, mitad oso y mitad león que destrozo a doscientas reses, Mateo al oír los gritos de los pobres animales se levantó y fue a ver que sucedía, se sorprendió al ver que en un instante un animal había destrozado a más de cien reses. Por más que busco no encontró rastro del animal que hizo eso, y así noche tras noche, hasta que se dio cuenta de que eso no era obra de un animal normal sino de un demonio, así que fue donde un sacerdote y le contó lo sucedido, el sacerdote le bendijo una bala y le dijo que espere al animal y que le disparara. Esa misma noche Mateo se quedó despierto y se admiró de ver que el animal era mitad oso y mitad león, se acercó silenciosamente le apunto y disparo, debido a su mala puntería no le dio en el pecho sino en el hombro, una vez que la bala lo topo, Julián tomo su figura humana, Mateo se quedó atónito pues nunca imaginó que su hermano le haría eso. Inmediatamente Julián se transformó en un toro y se ocultó en lo profundo del bosque. Se dice que Julián no se pudo transformar en humano y que sigue vagando por el pueblo, algunos dicen que en lo profundo del bosque se escuchan los gritos desesperados de Julián.