Adaptación: Dorys Rueda

Memorias de Mira, 2008

 

Era una noche oscura y muy fría, y Adán, un joven campesino, debía ir a revisar el agua de riego, ya que le tocaba hacerlo esa noche. Aunque llevaba su poncho, el frío lo calaba hasta los huesos. Mientras caminaba por el campo, algo brillante llamó su atención. Era una luz que se acercaba lentamente hacia él.

Cuando la luz estuvo más cerca, Adán vio algo muy extraño. No era un perro cualquiera, sino uno negro como la noche, con una luz resplandeciente en su frente, como una linterna. El perro parecía tranquilo, pero Adán, en cambio, se asustó muchísimo.

Su abuelita siempre le había contado historias sobre un perro mágico llamado carbunco. Este perro llevaba un diamante en la frente y si alguien se atrevía a robarle la joya, el carbunco lloraba muy triste y desaparecía en la oscuridad. Además, quien le quitaba el diamante debía correr rápidamente a su casa y cerrar bien las puertas, porque el carbunco regresaría para recuperar su tesoro.

Adán pensó que si robaba el diamante, podría pedir un deseo y volverse rico. A veces, la gente decía que quienes se encontraban con el animal se despertaban llenos de riqueza, aunque antes vivían con poco. Pero, a pesar de la tentación, el muchacho se sintió muy asustado. Recordó lo que su abuela le había enseñado: "no siempre es bueno tomar lo que no nos pertenece".

Finalmente, Adán decidió no robar el diamante. En vez de eso, dio media vuelta y regresó a su casa. Se olvidó de encender el agua para su campo, pero esa noche aprendió una valiosa lección: a veces lo mejor no es hacer lo que parece fácil o emocionante, sino hacer lo correcto. Aunque no era rico, Adán se sintió feliz por haber tomado la decisión correcta.

    

 

Visitas

004031102
Today
Yesterday
This Week
Last Week
This Month
Last Month
All days
548
2181
9311
4005808
59645
62614
4031102

Your IP: 66.249.66.15
2025-01-30 08:25

Contáctanos

  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
  • mailelmundodelareflexion@gmail.com
  • mapOtavalo, Ecuador, 1961.

Siguenos en