La viuda de medianoche de Otavalo arrastraba, desde hacía siglos, un problema de autoestima que la consumía. Cada noche, al caer el sol, su rostro tan hermoso sufría una aterradora transformación: se convertía en una calavera. Los jóvenes que la perseguían con la intención de conquistarla huían despavoridos al verla. Pero una noche ocurrió lo peor. Un joven conquistador pasó junto a ella y, con total indiferencia, la saludó: "Buenas noches, señorita calavera". En ese momento, la viuda supo que necesitaba ayuda.
A la mañana siguiente, se puso su mejor vestido negro, se arregló con esmero y se dirigió a la casa de una psicoanalista en el centro de la ciudad. Tras escucharla en silencio, la profesional, con una sonrisa que reflejaba una mezcla de simpatía y paciencia, le dijo: "Señorita, su verdadero problema no es convertirse en un esqueleto a medianoche. El problema radica en cómo se percibe a sí misma".
La viuda permaneció en silencio, procesando la información. Luego soltó una risa nerviosa, casi forzada: "¿Eso es todo? ¿No tiene una poción mágica o al menos una crema antiarrugas para calaveras?"
La psicoanalista sonrió con calma y respondió: "Lamentablemente, no contamos con esa crema. Pero, ¿ha considerado usar la transformación a su favor? Podría convertirse en la sensación del pueblo, ¡una calavera con marca personal!" Y añadió: "Podría empezar a ofrecer 'tours nocturnos' en Otavalo: un recorrido guiado por usted misma al cementerio. Como calavera, sería toda una estrella".
La viuda se quedó pensativa por un momento y se dijo a sí misma: "No es tan mala idea. De hecho, podría hacer dinero".
Esa misma noche, con su rostro transformado en calavera, comenzó a ofrecer el primer "tour nocturno" de Otavalo. Los turistas, atraídos por la curiosidad y la singularidad de su figura, se agolpaban en el cementerio. Y, como si fuera poco, la viuda había instalado un puesto de souvenirs donde vendía pequeñas calaveras de cerámica pintadas a mano. Lo que comenzó como una idea impulsiva pronto se convirtió en un negocio exitoso. Su figura se hizo tan popular que la psicoanalista, sorprendida por el éxito rotundo de su paciente, la contrató como guía para sus terapias grupales.

Libro inédito, 2026
