Proclamaré mi libertad y me emanciparé.
El transcurrir del día no tendrá el fluir de tu tiempo amamantando al mío.
No me esforzaré para imaginar por dónde andan tus dudas.
Supongo que será como la separación entre los mares y las montañas.
O que ese día empezaremos a llorar en silencio, a escondidas de los vigilantes.
No sabré cómo decirte que la emancipación nada tiene que ver con el amor, sino todo lo contrario.
O quizás pueda explicártelo desde la visión de un esclavo incapaz de resignarse.
Rubén Darío Buitrón
COMENTARIO
Dorys Rueda
Agosto, 2025
En este poema, el autor explora varios temas profundos, como la libertad, la emancipación emocional, la resistencia interna y el deseo de liberarse de las ataduras afectivas. Sin embargo, nos centraremos en el tema de la separación, ya que es el eje que engloba y da sentido a los demás tópicos que subyacen en el texto.
En primer lugar, la separación se presenta en el poema como una interrupción temporal que rompe la armonía entre el yo lírico y la amada, como se ilustra en la frase: "El transcurrir del día no tendrá el fluir de tu tiempo amamantando al mío". En este contexto, el tiempo de ambos personajes ya no se entrelaza; cada uno parece habitar su propio espacio, desvinculado del ritmo compartido que alguna vez unió sus existencias. La metáfora de "fluir" sugiere una conexión emocional continua que solía existir, pero que ahora se ve interrumpida por la distancia entre ellos.
La separación también se manifiesta a través del sufrimiento interno, cuando el yo poético expresa: "empezaremos a llorar en silencio, a escondidas de los vigilantes". La imagen de "llorar en silencio" evoca un dolor profundo y privado, un sufrimiento que se experimenta en la intimidad, alejado de las miradas externas. La “personificación” de las lágrimas, al vincularlas con el silencio, subraya la imposibilidad de expresar abiertamente el dolor de la separación. Esta tristeza, mantenida en secreto, revela una desconexión emocional tan intensa que incluso las personas cercanas son incapaces de percibirla.
Otro aspecto crucial de la separación es la emancipación emocional, presentada como una forma de liberación que va más allá del amor. El hablante lírico proclama: "la emancipación nada tiene que ver con el amor, sino todo lo contrario". Aquí, la separación es una resistencia emocional, una decisión consciente de romper con las ataduras de un amor que ya no sirve para el crecimiento personal. La frase misma se carga de contradicción y ambigüedad, pues lo que se presenta como una liberación de la opresión amorosa, también implica el sacrificio de un vínculo que alguna vez fue significativo. El contraste entre "emancipación" y "amor" subraya que la separación, lejos de ser un acto de amor, es una ruptura con todo lo que representaba esa relación.
Otro aspecto que agudiza la separación es la lucha interna del yo poético, reflejada en la figura del esclavo. La voz lírica se describe a sí misma como "un esclavo incapaz de resignarse", lo que representa la tensión entre su deseo de libertad y la dificultad de aceptar esa libertad. Este "oxímoron" entre la anhelada libertad y la imposibilidad de liberarse simboliza cómo la separación no es un proceso sencillo ni inmediato. El yo poético se debate entre la necesidad de emanciparse de las ataduras emocionales y la resistencia a soltar lo que aún le resulta esencial. Esta contradicción interna refleja la batalla emocional que el hablante lírico aún no ha resuelto, mostrando cómo la separación implica un conflicto profundo dentro de su ser.
El poema también refleja la irreversibilidad de la separación cuando el yo poético expresa: "supongo que será como la separación entre los mares y las montañas". Esta comparación ilustra la magnitud de la distancia emocional creada por la separación, una barrera tan vasta e insuperable como la que existe entre los "mares" y las "montañas", sin posibilidad de regreso, ya que las fuerzas que separan ambos son naturales y definitivas.
Finalmente, el poema también retrata una ambigüedad en la separación, cuando el hablante lírico se pregunta si es posible explicar la emancipación de manera comprensible: "No sabré cómo decirte que la emancipación nada tiene que ver con el amor, sino todo lo contrario". La "elipsis" de una explicación detallada subraya la dificultad de articular la contradicción entre la emancipación y el amor. La respuesta ausente, la explicación suspendida en el aire, refleja la imposibilidad de reconciliar estos dos sentimientos opuestos en el contexto de la separación. Es como si, a pesar de la libertad para separarse, la voz poética no pudiera encontrar las palabras adecuadas para expresar el verdadero significado de la ruptura.
En suma, la separación se presenta como un proceso complejo que involucra distancia emocional, dolor privado, resistencia interna, irreversibilidad y contradicciones. Cada aspecto de la separación se entrelaza con figuras literarias que acentúan la profundidad y el sufrimiento que implica dejar atrás una relación, mostrando que la separación no es solo un acto de liberación, sino también un camino lleno de luchas internas y despedidas irreparables.