Un día, ocurrió lo impensable.
Los zapatos comenzaron a caminar por un lado y las personas por otro. No tropezaban ni caían: simplemente se desviaban, con una determinación silenciosa. Ya no respondían al cuerpo, sino a una memoria más profunda. Como si, desde la suela, algo que había quedado sin cerrar insistiera en ser visto, sentido y recordado.
Una señora elegante, decidida, caminaba hacia el despacho de su abogado. Iba a firmar el divorcio con la seguridad que da el cansancio prolongado. En su bolso llevaba los papeles; en su rostro, la sombra de todo lo que ya no esperaba. Pero a mitad de camino, sus tacones —esos que habían resistido tantos años de silencio— giraron sin permiso. La condujeron a una iglesia antigua, casi vacía, donde las bancas sabían más que muchos testigos.
Se sentó sin saber por qué. No lloró. No habló. Solo bajó la mirada y comprendió que no todos los adioses terminan cuando uno los pronuncia.
Los zapatos no querían llevarla al pasado, sino al lugar exacto donde su decisión se volvió definitiva. No para cuestionarla. Solo para recordarle que hay duelos que merecen respeto, incluso si nadie los ve.
Un médico de paso rápido y bata planchada cruzaba el hospital con su agenda apretada. El quirófano lo esperaba. Pero sus zapatos lo guiaron por un pasillo clausurado, hasta una sala olvidada por todos, menos por él. Allí, detrás de una camilla vacía, estaba la ausencia que nunca había nombrado: la niña que no pudo salvar. El caso que dejó una marca sin expediente.
El médico no pronunció palabra. No hizo falta. Los zapatos sabían lo que él evitó durante años: que hay heridas que no se abren con bisturí, pero tampoco cierran por costumbre. Solo se detuvo, no por voluntad, sino por obedecer a los pies. A los suyos, a los de ella.
Y entonces, me ocurrió a mí.
Iba camino a una emisora radial para hablar sobre leyendas y voces del pasado. Mientras pensaba en los textos que leería al aire, en cuál historia abriría el programa, mis zapatos decidieron otra cosa. Se desviaron sin previo aviso y, sin explicación, se detuvieron frente a una casa modesta.
Era allí donde mis padres comenzaron su historia. Donde soñaron, quizás sin decirlo nunca, con hijos lectores, con hijos que, tal vez, algún día escribirían. Me quedé de pie frente al umbral. No lloré. No sonreí. Solo sentí que mis pies reconocían un lugar que mi mente había guardado en lo más profundo del silencio.
Y entonces lo supe: las leyendas que comparto no nacieron en libros antiguos ni en voces lejanas. Nacieron allí, entre paredes que olían a esfuerzo, a ternura, a trabajo, a futuro imaginado. Mis zapatos no querían que llegara a tiempo a la radio. Querían que recordara por qué escribo y para quién.
Desde entonces comprendí que los zapatos no siempre nos llevan a donde queremos. Pero cuando están cargados de memoria, nos conducen, silenciosamente, hacia donde necesitamos recordar. Para volver a ser humanos. Para entendernos mejor. Para caminar, quizás, con los pies más anclados al alma.
Dorys Rueda, Cuentos de sueños y sombras, 2025.
Es fundadora y directora del sitio web El Mundo de la Reflexión, creado en 2013 para fomentar la lectura y la escritura, divulgar la narratología oral del Ecuador y recolectar reflexiones de estudiantes y docentes sobre diversos temas.
Entre sus publicaciones destacan los libros Lengua 1 Bachillerato (2009), Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo (2021), Leyendas, anécdotas y reflexiones de mi tierra Otavalo (2021), 11 leyendas de nuestra tierra Otavalo Español-Inglés (2022), Leyendas, historias y casos de mi tierra Ecuador (2023), 12 Voces Femeninas de Otavalo (2024), Leyendas del Ecuador para niños (2025) y Entre Versos y Líneas (2025).
Desde 2020, ha reunido a autores ecuatorianos para que la acompañen en la creación de libros, dando origen a textos culturales colaborativos en los que la autora comparte su visión con otros escritores. Entre estas obras se encuentran: Anécdotas, sobrenombres y biografías de nuestra tierra Otavalo (tomo 1, 2022; tomo 2, 2024; tomo 3, 2024), Leyendas y Versos de Otavalo (2024), Rincones de Otavalo, leyendas y poemas (2024) e Historias para recordar (2025).