Cada mañana suelo volver de donde nunca se regresa.
No sé dónde me esperan los lobos, las tristezas y los malos sueños.
Quizás debería insistir en viajar definitivamente al otro lado.
Allá donde los hombres se oscurecen, se hacen piedra y se desploman para siempre.
Allá donde ya no es posible esperar casualidades inertes y despectivas.
Allá donde no hay mujeres que elaboren dulces con el corazón.
No sé dónde quedaron las arritmias de los deseos inmediatos.
Tampoco sé si la luna desconsolada aúlla a los perros elementales.
En mis manos llevo el corazón a sanar entre las piedras de colores.
Sé que las contradicciones ocultas son nuestra manera de sobrevivir.
Sé que no es posible habitar entre los humanos cuando persisten las dudas.
El amor se agota como un frasco de pastillas que no se pueden dejar de tomar.
El amor se debilita en la cotidianidad, pero también en el esperar a los quereres nuevos.
Si tan solo pudiera caminar sin amuletos y sin buenas suertes.
Si tan solo me reclamara la parte de años que no debí extraviar.
Pero no sé si la altivez de una pena me devuelva el orgullo.
Y no sé de qué orgullo hablo si estoy atrapado en la rutina del anhelo imprescindible.
Una maldición es la existencia amorosa desde las especulaciones y los azares.
Una maldición es regresar a donde tengo que volver cada madrugada.
Rubén Darío Buitrón
Rubén Darío Buitrón (Quito, 1966) es Director General de NOTIMERCIO, el nuevo periódico de Quito. Dirige también la nueva Escuela de Cronistas del Ecuador. Es poeta, docente y cronista. Máster en Periodismo por la Universidad de Alcalá, en España. Tiene tres premios nacionales de Periodismo. Autor de 13 libros en diversos géneros. Su libro más reciente es «Dicen que mis demonios son inofensivos» (2023). Es director del portal periodístico y literario loscronistas.org