Por cierto

si te fueras

me quedaría solo

y no habría en el mundo soledad más completa,

lo digo porque temo

que llegues a cansarte de ser como yo soy

o que tal vez descubras

que vamos a pasar sobre nuevos abismos

y entonces te dé miedo

de aquí en adelante

seguirme la carrera.

 

Atrás,

tú bien lo sabes,

queda un largo camino

que has andado conmigo

como mi inseparable compañera,

has leído mis libros,

has bebido mi vino,

has corrido en mi mesa;

en fin,

has hecho,

innumerables cosas mías,

como esta

de pasarte mis noches

escribiendo poemas.

A veces se me ocurre

que bien pudo gustarte tener algotra vida,

por ejemplo, ser blanca,

hacer cosas distintas,

oír música suave

y no andar alelada al son de mis tambores

desde que eras pequeña,

volverte contra mí,

ser anticomunista

o por tu cuenta ir cuando yo en cambio

ya estaba de regreso,

pero no,

si hasta en mis malos ratos

siempre estuvo,

flaca,

comprometida,

al lado de mis culpas

tu leal inocencia.

 

Definitivamente,

tú vales mucho más de lo que pesas.

Sombra mía,

sopórtame,

no me falles jamás,

yo soy tu cuerpo.

 

 

Antonio Preciado

Esmeraldas, Ecuador, 1941

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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