La alondra de Calacalí se enamoró del seductor Jorge Araujo CH.
El 24 de mayo de 1922, en el Centenario de la Batalla de Pichincha, se llevó a cabo en Quito un concurso de dúos y triunfaron dos juveniles hermanitas, Carlota e Inés Jaramillo Jaramillo.
En 1926 brotó en la ciudad “Carita de Dios” -Quito, claro- todo un frenesí artístico y surgieron dos compañías de comedias: la Dramática Nacional, con la primera actriz Marina Moncayo, dirigida por Jorge Araujo Chiriboga, y la de Zarzuela, con Victoria Aguilera.
Un loco trashumante y músico, el maestro Rafael Ramos Albuja, quiso dar vida a una tercera compañía, la de Comedias y Variedades.
Buscó con tesón a las hermanas Carlota e Inés Jaramillo. Ellas pidieron autorización a sus padres, Ignacio y Natalia. Por unanimidad, los dos se negaron. ¿Artistas nuestras hijas? Jamás. Nunca, fue su respuesta. Pero Carlota, nacida en Calacalí, no era tan resignada. Al contrario, convenció a su hermana Inés y las dos subieron al escenario del Teatro Sucre, el 26 de octubre de 1926, para su debut.
Aplausos, muchos aplausos
El dúo de las hermanitas fue aplaudido a rabiar en su debut, triunfo que sus padres no compartieron. Ellos, muy tristes, permanecieron en su casa, en La Tola, murmurando “artistas… nuestras hijas. Artistas”. En la compañía de Ramos Albuja se lucieron también Raquel Echeverría (primera actriz), Alfredo León (primer galán), Miguel Ángel Casares (artista múltiple), el tenor Roberto Maldonado, el simpático bajo cómico “Piñufla Pérez y, claro, las hermanas Jaramillo.
El gato a la vista
De pronto la farándula quiteña del año 27 se conmovió. La Dramática Nacional de la primera actriz Marina Moncayo fue sacudida por un terremoto interno, nunca aclarado, durante una serie de funciones en Cuenca y tres de sus figuras se separaron del grupo.
Y, para más y mejores chismes, los tres fueron a dar en la novedosa compañía de Comedias y Variedades de Ramos Albuja. Eran nada menos que Jorge Araujo Chiriboga, Marco Barahona y Miguel Ángel Casares, auténticas figuras artísticas de la época. Lo primero que hicieron los nuevos astros fue borrar el nombre de Ramos Albuja y dejar en pie a la Compañía de comedias y Variedades. ¡Basta!
Pero sucedió algo más, para poner al rojo vivo la chismografía modelo 1927. El 24 de mayo se efectuó todo un concurso de teatro, con las tres compañías, en el Teatro Sucre. Empate.
Y el clímax se dio poco después, cuando circuló la noticia de que Jorge Araujo Chiriboga y Carlota Jaramillo se habían enamorado al compás del pasillo “Qué distintos los dos, tu vida empieza/ y yo voy ya por la mitad del día/tú ni siquiera vives todavía/ y yo ya de vivir tengo pereza”, cuyo autor era… Jorge Araujo, quien lo dedicó a Carlota.
Armijos, nacido en 1802, pasaba con 12 años a la “Alondra de Calacalí”, cuyos pasillos conmovían al Quito del 27.
La fuga
Otra vez los papitos de Carlota se opusieron. ¿Casarse con Jorge Araujo, mayor que ella, un tanto bohemio, otro artista? No, fue la respuesta rotunda. Y nuevamente Carlota fue rebelde. Junto con su amado novio viajó a Guayaquil en el tren, con parada en Riobamba y allá los dos vivieron una apasionada luna de miel y, además, cumplieron con el ritual del casorio.
La vida no fue fácil para la pareja. No era fácil para la clase media. Ella -con su hermosa voz- subió al solio de Reina del Pasillo, pero la música no daba mayores ingresos y tuvo que ejercer muchos años la docencia, como buena graduada del Normal Manuela Cañizares.
Jorge Araujo, quien fue militar, tuvo después varios trabajos burocráticos, aunque era reconocido como un personaje del teatro y de la música, autor de varias canciones de fama en esos tiempos idos, como Morena la Ingratitud, Solo por tu amor, Si tú me olvidas, además de Sendas distintas, por supuesto. Lo más grato es contar que Carlota y Jorge fueron felices, junto a sus hijos Nelly y Vinicio.
Carlota -quien grabó más de 80 discos, en un época tan difícil había nacido en Calacalí el 9 de julio del 1904 y murió en Quito el 10 de diciembre de 1987. Ella contó su historia, con fuga y todo, al autor de este libro en 1982. Era una persona muy agradable y está considerada como la grata figura femenina de la canción ecuatoriana.
Y con su querido esposo Jorge se suscitó un caso singular, registrado con sorpresa y admiración en esa época y que consta en el diccionario Biográfico Ecuatoriano de César Augusto Alarcón Costta.
Jorge Araujo Chiriboga nació en Riobamba a las 5 de la mañana del 27 de febrero de 1892 y falleció en Quito el 27 de febrero de 1970, ¡a las 5 de la mañana!
60 Anécdotas Quiteñas, Ediecuatorial, 2014
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