Ella se encontraba junto a la ventana de un edificio de diez pisos. La ciudad abajo, indiferente a todo, parecía ajena a la tormenta interna que la envolvía. Su mirada se perdía en el vacío, las palabras escapaban de su boca sin darse cuenta, Hablaba de la rutina asfixiante de su matrimonio, del dinero que nunca alcanzaba, de los fracasos que la perseguían como sombras. "¿Qué más queda?", susurró, como si la respuesta estuviera en el aire.

En ese instante, algo la hizo sentir una presencia a su lado. No se molestó en mirar, no tenía interés. Entonces, una voz masculina rompió el silencio: "Has tomado la mejor decisión". La frialdad de sus palabras la estremeció. "Creo que debes hacerlo, ahora mismo", agregó, con una seguridad que la heló.

Desconcertada, giró su cabeza lentamente, buscando al hombre, pero al hacerlo, se dio cuenta de que la habitación estaba vacía. "Estoy alucinando", murmuró, con voz apenas audible. Se acercó a la ventana abierta, pero al caminar, algo captó su atención: en el piso descansaba un pequeño espejo antiguo, con un marco desgastado por el tiempo.

Lo tomó y se observó detenidamente. En ese reflejo no solo vio su propio rostro, sino también los ojos severos y dulces de su madre, las manos laboriosas de su tía, la mirada firme de su abuela y el cabello gris y resistente de su bisabuela. Todas ellas suspendidas en el espejo, como si, en su silencio, algo más se les escapara, algo que ella no podía nombrar, pero que la mantenía atada a ese instante. Era como si el reflejo la detuviera, impidiéndole acercarse a la ventana, como si esas presencias calladas y persistentes tejieran una red invisible a su alrededor, un roce sutil que la sostenía, susurrándole en la penumbra que algo seguía latiendo, que aún quedaba un eco del tiempo por recorrer.

El viento frío se coló por la abertura y la sacó de su ensimismamiento. Cerró rápidamente la ventana y, sin mirar atrás, dio media vuelta, dejando el espejo en su lugar, donde aquellos rostros seguían observándola en silencio.

 

 

 

Dorys Rueda

Otavalo, 1961


Es fundadora y directora del sitio web El Mundo de la Reflexión, creado en 2013 para fomentar la lectura y la escritura, divulgar la narratología oral del Ecuador y recolectar reflexiones de estudiantes y docentes sobre diversos temas.

Entre sus publicaciones destacan los libros Lengua 1 Bachillerato (2009), Leyendas, historias y casos de mi tierra Otavalo (2021), Leyendas, anécdotas y reflexiones de mi tierra Otavalo (2021), 11 leyendas de nuestra tierra Otavalo Español-Inglés (2022), Leyendas, historias y casos de mi tierra Ecuador (2023), 12 Voces Femeninas de Otavalo (2024), Leyendas del Ecuador para niños (2025) y Entre Versos y Líneas (2025).

Desde 2020, ha reunido a autores ecuatorianos para que la acompañen en la creación de libros, dando origen a textos culturales colaborativos en los que la autora comparte su visión con otros escritores. Entre estas obras se encuentran: Anécdotas, sobrenombres y biografías de nuestra tierra Otavalo (tomo 1, 2022; tomo 2, 2024; tomo 3, 2024), Leyendas y Versos de Otavalo (2024), Rincones de Otavalo, leyendas y poemas (2024) e Historias para recordar (2025).

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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