UNA CURIQUINGUE QUIERE UN MARIDO
José M. Chávez M.
Había un señor que era viudo y no tenía ni hijos, este vivía en una casita de paja, como era solo, él mismo sabía lavar su ropa, planchar, cocinar para su almuerzo, etc. Es decir que hacía todo. Un día salió a su terreno a arar, cuando ya eran las doce del medio día vio que de su casa estaba saliendo humo, al ver esto él se preguntaba: “Quién me estará dando cocinando, pero si yo no tengo a nadie”, el humo salía cada vez con más intensidad, al ver esto el hombre dejó de arar y fue a ver por qué salía tanto humo, cuando entró a la casa no
había nadie y se dirigió a la cocina y vio que la comida estaba preparada, entonces él como estaba con mucha hambre se puso a comer.
Al otro día cuando nuevamente salió a arar en el terreno y cuando ya era medio día vio que nuevamente salía humo de su casa, entonces dejó de arar y muy asustado se dirigió a su casa para mirar quién era, cuando entró a la casa se encontró con una mujer muy hermosa que tenía un hijo entre sus brazos y estaba muy apurada cocinando, al ver esto el hombre se puso muy contento, ella se portó muy amable con el hombre y le dijo: “Deme trayendo los pañales del niño que están afuera”; el hombre salió a buscar los pañales pero no encontró nada, entonces entró a avisar que no había encontrado nada pero la mujer insistía que estaban afuera, pero como no encontró nada sino únicamente unas plumas de curiquingui entonces entró a decirle que sólo había plumas de curiquingui, ella se resistió y le dijo: “Yo soy curiquingui pero quería ser tu mujer porque quería atenderte en todo”, pero vio que era imposible, entonces cogió a su hijo y se marchó volando y el hombre nuevamente se quedó solo.
Portada: http://www.ambiente.gob.ec/caracara-curiquingue-regresa-a-su-habitat-natural/