Había una pastorcita que siempre los papás le mandaban a pastar ovejas, ella siempre se iba, siempre así a las montañas, cerca de los páramos, en los páramos para alimentar a las ovejas, pero ella siempre se quejaba de que era pobre, y de que ella se va a conseguir alguien de dinero para que se case y le lleve; y ella no siga pastando ovejas. Entonces, ella siempre decía, a lo que iba con las ovejas en el trayecto del camino, iba diciendo eso, siempre. Hasta que por una ocasión, ella estaba pastando ovejas en la montaña y se le acercó un joven, así bien apuesto y físicamente simpático ¿no? Y se le acercó y después le decía a ella: “Yo tengo dinero, te quieres casar conmigo, ¿quieres ser mi novia? Entonces ella, primera vez le ha dicho que no. Se fue a la casa, se quedó y pasó la noche en la casa. Y otra vez, ella se fue para pastar a las ovejas de la misma manera, él se acercó y le dijo, entonces ella aceptó porque le dijo que se casara con ella y él tenía dinero y no le iba a mandar a que pastara las ovejas, para que ella pasara en la casa y que él iba a dar todo lo necesario para que ya no esté así, ya no sufra por dinero. Entonces, ella aceptó. Quedaron de encontrarse al siguiente día y ella se fue otra vez a pastar a las ovejas como la rutina de ella era eso. Y resulta que ya para la tercera vez, él le dijo que ya se fuese con él y si quería ella que se fueran a pasear. Ella dijo que sí y justo le pregunta que si quiere subir a las espaldas de él y ella se sube, entonces caminan exagerado unos dos metros y se convierte en un cóndor y le va llevando.
Por eso, mi madre decía que cuando tú te fijas en una persona, no hay que fijarse en el físico, si tiene dinero, es guapo o lo que sea, sino una persona que sepa trabajar sea sincera, sea de sentimientos.
Laura Hidalgo Alzamora, Duendes y Duendas, más otros aparecidos de aquicito nomás, 2013
Portada: https://www.efeverde.com/noticias/la-preservacion-del-condor-andino-una-prioridad-en-ecuador