Se cuenta que la laguna negra era muy peligrosa; sus aguas mismas eran de color negro, muy negro. Se dice, además, que existían unos animales desconocidos, monstruosos, que les gustaba asustar a las personas que llegaban a sus aguas.
Cuando una persona quería llegar a la laguna negra debía tener cuidado: existía un pulpo gigante, o “atakapi”, que la atrapaba; además se producían truenos y relámpagos; el cielo se ponía nublado y empezaba a llover hasta que la persona se alejaba de ese lugar.
Se cuenta que una vez un helicóptero de una compañía petrolera se acercó para observar la laguna de cerca, pero de pronto se oyeron unos ruidos terribles provenientes del cielo y cayeron truenos y relámpagos, y casi le atrapó la laguna con su poder: le jaló fuerte, muy fuerte, pero como el piloto era muy “pilas”, huyó y se salvó.
En la actualidad, hay personas que llegan a este lugar sin temor a nada ni a nadie; el lugar es muy encantador.
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La Laguna Negra se encuentra ubicada en la parroquia El Playón de San Francisco y pertenece al cantón de Sucumbíos
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