Se agigantan las sombras
sobre el cielo plomizo
y la brisa se posa
en la playa desierta,
el alma se hace grito,
se detiene en el tiempo,
retazos del invierno
hacen nido en mi piel.
Apretando los labios
abrazo los recuerdos
y guardo en mi memoria...
¡Cenizas del ayer.!
Lydia Raquel Pistagnesi
Del libro Signos Errantes
COMENTARIO
Dorys Rueda
Agosto, 2025
En Breverías, Lydia Raquel Pistagnesi construye una breve escena cargada de melancolía y contemplación. El poema sitúa al lector en un espacio desolado: “Se agigantan las sombras sobre el cielo plomizo”, “la brisa se posa en la playa desierta”. Este paisaje gris no es solo un marco físico, sino el reflejo del estado interior del yo poético. La naturaleza se convierte en un espejo emocional donde la soledad, el recuerdo y el paso del tiempo se entrelazan. El alma, que “se hace grito” y se detiene “en el tiempo”, da paso a la memoria como un refugio que guarda lo vivido, aunque sea en forma de “cenizas del ayer”.
El poema impacta porque consigue transformar un instante estático en una experiencia sensorial y emocional completa. Cada imagen proyecta un matiz de la vivencia interior: la playa vacía amplifica el silencio, los “retazos del invierno” que hacen nido en la piel transmiten la permanencia del frío afectivo, y el gesto de “apretar los labios” antes de abrazar los recuerdos sugiere contención, resistencia y afecto a la vez.
Impacta también por la manera en que condensa en muy pocos versos un viaje de lo externo a lo interno. La autora inicia con un paisaje amplio y termina en el recogimiento íntimo de la memoria, llevando al lector de la contemplación a la confesión silenciosa. El cierre, “¡Cenizas del ayer!”, funciona como un eco que persiste más allá de la lectura: no solo resume el pasado, sino que lo deja suspendido en el presente del lector, como si también fuera suyo.
En su brevedad, Breverías deja la sensación de que el tiempo y la memoria son inseparables, y que incluso lo que arde y se consume sigue habitando en nosotros. Es un poema que no se limita a describir un paisaje o un recuerdo, sino que convierte ambos en un mismo latido, uno que el lector reconoce como propio.
Lydia Raquel Pistagnesi nació en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, Argentina.