Es tu ausencia y presencia, Vri. Es tu piel en los movimientos insurgentes. Tu piel viajera como remordimiento y conquista.
El mundo parece dar vueltas en sentido contrario, estimula tu trayectoria, enreda tus sangres en ni tempestad.
Sonreímos, Vri, bajo la penumbra de los recuerdos intactos,
de los deslices, de los rituales y celebraciones, los gritos desde los desiertos planetarios, los sonidos de la gesta carnívora.
Es tu piel destino retrocedido y limpio, luz descobijada, camino necesario y único, ruta imprescindible. Es tuya toda la piel de los dos, Vri.
COMENTARIO

Dorys Rueda
El poema llega al lector como una conversación íntima con alguien que sigue presente de muchas maneras. Cuando se dice “Es tu ausencia y presencia, Vri”, no hay contradicción, hay una verdad emocional muy reconocible: alguien puede no estar y, aun así, ocuparlo todo. Vri aparece como una presencia que se mueve entre lo que falta y lo que permanece, instalada en la memoria y en el cuerpo.
La piel es una imagen que atraviesa el poema con mucha fuerza. En “Tu piel viajera como remordimiento y conquista” se percibe una relación vivida intensamente, donde amar fue un recorrido con luces y sombras. La piel guarda lo que dolió y lo que se ganó, lo que se perdió y lo que todavía arde. No es solo contacto físico, es experiencia acumulada.
En este poema, el mundo ya no parece moverse como de costumbre. Cuando el yo lírico manifiesta: “El mundo parece dar vueltas en sentido contrario”, es como si el amor hubiera cambiado por completo la forma en que se ve la realidad. Desde ese momento, todo parece girar de manera diferente, como si la relación hubiera creado su propio ritmo, algo único que no sigue las reglas habituales.
Hay también una mirada compartida hacia el pasado. “Sonreímos, Vri, bajo la penumbra de los recuerdos intactos” suena a complicidad, a momentos que no se borraron con el tiempo. Los “rituales y celebraciones” y los deslices no aparecen como nostalgia exagerada, sino como escenas que siguen teniendo vida, aunque ahora estén envueltas en penumbra.
Hacia el final, la piel deja de ser solo cuerpo y se vuelve destino. Cuando el poema dice “Es tu piel destino retrocedido y limpio, camino necesario y único”, se siente que ese amor no fue algo elegido con calma o cálculo. Simplemente ocurrió, como un camino que había que recorrer aunque no se supiera a dónde llevaba. Por eso, cuando yo lítico afirma “Es tuya toda la piel de los dos, Vri”, el poema no habla solo de estar juntos, sino de una entrega total, donde ya no se distingue del todo qué es de uno y qué es del otro.
La piel es una imagen que atraviesa el poema con mucha fuerza. En “Tu piel viajera como remordimiento y conquista” se percibe una relación vivida intensamente, donde amar fue un recorrido con luces y sombras. La piel guarda lo que dolió y lo que se ganó, lo que se perdió y lo que todavía arde. No es solo contacto físico, es experiencia acumulada.
En este poema, el mundo ya no parece moverse como de costumbre. Cuando el yo lírico manifiesta: “El mundo parece dar vueltas en sentido contrario”, es como si el amor hubiera cambiado por completo la forma en que se ve la realidad. Desde ese momento, todo parece girar de manera diferente, como si la relación hubiera creado su propio ritmo, algo único que no sigue las reglas habituales.
Hay también una mirada compartida hacia el pasado. “Sonreímos, Vri, bajo la penumbra de los recuerdos intactos” suena a complicidad, a momentos que no se borraron con el tiempo. Los “rituales y celebraciones” y los deslices no aparecen como nostalgia exagerada, sino como escenas que siguen teniendo vida, aunque ahora estén envueltas en penumbra.
Hacia el final, la piel deja de ser solo cuerpo y se vuelve destino. Cuando el poema dice “Es tu piel destino retrocedido y limpio, camino necesario y único”, se siente que ese amor no fue algo elegido con calma o cálculo. Simplemente ocurrió, como un camino que había que recorrer aunque no se supiera a dónde llevaba. Por eso, cuando yo lítico afirma “Es tuya toda la piel de los dos, Vri”, el poema no habla solo de estar juntos, sino de una entrega total, donde ya no se distingue del todo qué es de uno y qué es del otro.
RUBÉN DARÍO BUIRÓN

Rubén Darío Buitrón (Quito, 1966) es Director General de NOTIMERCIO, el nuevo periódico de Quito. Dirige también la nueva Escuela de Cronistas del Ecuador. Es poeta, docente y cronista. Máster en Periodismo por la Universidad de Alcalá, en España. Tiene tres premios nacionales de Periodismo. Autor de 13 libros en diversos géneros. Su libro más reciente es «Dicen que mis demonios son inofensivos» (2023). Es director del portal periodístico y literario loscronistas.org.
