ROMANCE DE LA NIÑA MUJER
Sueña que sueña la niña
en la siesta de verano,
diademas de mariposas
en sus cabellos tizianos,
en sus manos margaritas,
y una sonrisa en los labios.
Sueña que sueña la niña,
la hamaca vuela muy alto,
un cielo de golondrinas
dibuja cuentos y cantos,
por el espacio cabalgan
consejos nunca escuchados
y se pierden en la brisa,
i cómo si fuera un milagro!.
Es tiempo de fantasías,
ella desecha el pasado,
al presente no lo cuenta,
mira horizontes lejanos,
y sigue escalando altura
frente a un futuro impensado.
Piensa ganarle a la vida
y alejarse de su campo,
los duendes bajan del pino
y la toman de la mano,
un tren se pierde a lo lejos,
en vuelos desorbitados
y sin mediar previo aviso,
se diluye en el espacio.
Despierta mujer, despierta,
Donde a quedado el pasado?
En que templo de la noche
los hechizos se alejaron?
En qué despertar de soles
el otoño te ha rozado,
dejando en tus ojos verdes,
dos lagrimones amargos?.
El destino siempre cobra,
cambia triunfos por fracasos,
la miel puede ser amarga,
si la golpea el chubasco
y conspira intespestiva,
ante quien lo ha despreciado.
Como quisiera volver,
cabalgando cisnes blancos,
por las riveras floridas
de senderos olvidados,
pero las huellas se pierden
en la inmensidad del campo.
El habrá cambiado un poco,
pero sabe de fracasos
y recibirá a la niña,
para acunarla en sus brazos.
Lydia Raquel Pistagnesi
Del libro: Destino de Gorrión
