El evangelio de Juan, el discípulo amado de Jesús nos dice en el capítulo 19, versículo 30 “Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu”.
Quisiera comenzar definiendo la palabra consumar; esta proviene del latín consummāre, y significa llevar a cabo una tarea hasta su fin. Al pronunciar Jesús esta frase, daba por concluida una etapa muy importante de su vida terrenal.
Cuando Jesús dijo: CONSUMADO ES, llevó una tarea hasta su fin sin dejar nada inconcluso. Como nos lo manifiesta al dirigirse a sus discípulos en Juan 17:4 “Yo te he glorificado en la tierra; llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar”.
Y ello es así, pues si leemos retrospectivamente en la Biblia tenemos: la anunciación del nacimiento de Jesús a María por el ángel Gabriel; su crecimiento y presentación en el templo de Jerusalén; el inicio de su ministerio al ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán; el sermón del monte; sus milagros; la paz que transmitía a los que le escucharon; su aprehensión, su juicio; su pesado caminar hacia el calvario; su crucifixión y muerte. ¡La tarea encomendada por su Padre fue cumplida a cabalidad!
Estamos viviendo tiempos en donde las oportunidades de trabajo son escasas. Las bandas delictivas y el crimen organizado aprovechan esta situación y la falta de oportunidades para ofrecer a los jóvenes trabajo “fácil”, remuneración económica atractiva y un reconocimiento dentro de su entorno social mediante una vida holgada.
No toda la culpa es de la época en que vivimos.
Debemos preguntarnos qué estamos haciendo nosotros como integrantes de una familia, qué hacemos como abuelos, qué hacemos como padres o como jóvenes para cambiar esta situación. Debemos preguntarnos como adultos, si estamos transmitiendo los valores de forma adecuada y, como jóvenes, debemos juzgar nuestras formas de actuar sin pensar que el fin justifica los medios.
Debemos aprovechar cada oportunidad que se nos presenta en la vida, entendiendo que a su vez es un compromiso que estamos adquiriendo con nosotros mismos y con Dios; el compromiso de “consumar” nuestra tarea, terminar nuestra etapa de una forma satisfactoria.
Como personas cristianas tenemos muchas tareas que llevar a cabo, porque tenemos la posibilidad y la responsabilidad de llevar adelante a nuestras familias bajo el manto del Señor, tenemos la tarea de ayudar, la tarea de servir, de generar oportunidades para nuestros hermanos.
Debemos tener en cuenta que no lograremos por separado crear el gran cambio que necesita hoy nuestro país; pero podemos juntar los pequeños cambios que cada uno como persona puede hacer para que entre todos logremos el gran cambio. Y así consumar la tarea de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Todos somos importantes ante los ojos de Dios, todos tenemos un trabajo, una función, una tarea que llevar adelante, con nuestras familias, con nuestros amigos, con nuestros conocidos o incluso, desconocidos. No siempre el camino correcto será el más corto o el más fácil, pero caminando con fe, lograremos nuestros objetivos. Al llegar a la meta, se consumará nuestro esfuerzo y la voluntad del Señor se verá cumplida.
Realizar todas estas transformaciones es posible, pero hay que partir siempre de lo personal; se necesita consumar, realizar y finalizar cada tarea que nos es asignada, para ayudar y alentar a nuestros hermanos a no claudicar.
Nuestra existencia terrenal también terminará un día y no hay mejor manera de enfrentar esta etapa habiendo consumado nuestras tareas, habiendo cumplido el propósito de Dios en nuestras vidas, habiendo terminado la tarea que él nos encomendó.
Y cuando la sociedad nos diga que ya no hay oportunidades, nosotros responderemos: ¡Sí las hay!, y si las hay, es porque el Señor está con nosotros. Pero también tenemos que luchar por ellas, conseguirlas y no esperar a que nos lleguen. La palabra de Dios es muy clara al respecto, en Josué 1:9 nos dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
Para finalizar, reflexionemos: Jesús nos da un mensaje claro en la cruz que es difícil de expresar actualmente: Todo está consumado. Padre he cumplido lo que tú me mandaste. He cumplido con tu Plan.
Todos sabemos que Dios tiene un plan para cada hijo suyo. Una misión especial. Pídele cada día a Dios que te guie en ese plan y te ayude a cumplirlo.
Dile: Señor yo quiero hacer tu voluntad, guíame por favor. Quiero ser la persona que tú quieres que yo sea, en un mundo en donde toda está sin terminar, en donde cada uno de nosotros ha dejado sin terminar sus propósitos de año nuevo, en donde hemos dejado cosas más trascendentes sin terminar: una carrera trunca, amistades divididas, familias desunidas, un matrimonio roto, unos padres ancianos de los que ni nos acordamos...
Jesús nos da un mensaje de voluntad; de terminar lo que se empieza. En este momento de reflexión pídele a Jesús que te comparta de su misma voluntad para poder terminar con aquello que sientes que te hace falta acabar.
Talvez tienes a medias algunas conversaciones; hay palabras que deberían salir de tu boca y aún no terminan de salir, palabras como: perdón, lo siento, te quiero, te perdono, te extraño. En esta vida no sé si podamos decir como Jesús: “Todo está consumado”, pero al menos sí podemos consumar muchas de las palabras que nuestro corazón quiere decir. Que Dios nos bendiga.
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