Alemania, después de la Primera Guerra Mundial, presentaba un panorama de crisis y devastación. El enfrentamiento no fue la solución como pensaban los líderes de la época; trajo un período de confusión, muy propicio para una aventura política como el nazismo.
La paz que prometió el Tratado de Versalles tampoco fue esperanzadora, porque inmediatamente se organizaron levantamientos, agitaciones obreras, complots; tanto de los partidos comunistas como los de la extrema derecha que temían que Alemania caiga en manos del comunismo.
Alemania transformada en república bajo la guía de los socialdemócratas tuvo que enfrentar serios problemas de orden social y económico. En el orden externo, debía pagar la enorme deuda impuesta por el Tratado de Versalles (35 mil millones de dólares), la misma que fue amortizada en forma parcial con créditos norteamericanos y sobre todo, enfrentar el profundo resentimiento del pueblo por las humillantes condiciones decididas en Versalles.
Éste fue el escenario del surgimiento de un nuevo líder con ideas que llevarían al nacimiento de una “nueva Alemania”. Hitler, de origen austríaco; cuando estalló la guerra se incorporó al ejército alemán y en su juventud se alimentó de principios ideológicos confusos, difundidos ampliamente en la Europa en crisis. Era admirador del Estado Alemán y como tal, quería la anexión de Austria a Alemania, hecho que lo conseguiría en 1938.
Producto de la crisis, surgió en Alemania un exaltado antisemitismo que hizo ver a los judíos como causantes de todos los males. Hitler, abanderó la idea antisemítica y ante el pueblo alemán, presentó a los judíos y a los malos políticos como causantes de la derrota de Alemania. Al final de la guerra divulgó estas ideas aprovechándose de sus capacidades de oratoria. La crisis facilitó a tener los primeros contactos con partidos políticos, entre ellos el Partido Obrero Alemán del cual formó parte.
Hitler fue un hombre audaz, sin escrúpulos morales se convirtió en el líder del Partido Obrero, para luego transformarle en el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (Partido Nazi). En 1923, se alió a otros grupos nacionalistas de extrema derecha. Intentó tomarse el poder, pero, el golpe fue un fracaso. A pesar de esta derrota y una vez fuera de la cárcel, siguió divulgando ideas sobre los judíos y presentando soluciones extremas para una Alemania en ruinas. Recibió apoyo de miles de desocupados, excombatientes, personas de clase media que arruinados por efectos de la guerra, se enrolaban en su partido que ofrecía como promesa el rechazo al Tratado de Versalles y a la vez proclamaba el resurgimiento del poderío alemán.
Cuando se reflexiona acerca del surgimiento de este líder y lo que hizo en este período de la Historia, surge la pregunta de cómo y con qué capitales llegó al poder, por cuanto para tan grande empresa, era necesario de enormes capitales desde el inicio de su carrera (1923 – 1933). Muchos intentaron revelar de dónde vino el dinero? Quién lo proporcionó?, y por qué?. En estos cuestionamientos están las claves: dónde, quién o quiénes y por qué?
En los primeros años de la crisis los partidos políticos se constituyeron en instrumentos de grupos poderosos que fueron utilizados según sus intereses. Hitler, entonces, se puso en contacto con éstos de quiénes obtuvo los primeros fondos, y gracias a su oratoria. Poco a poco su partido fue tomando fuerza; ”entonces recurrió al soborno, al chantaje” para presionar como lo afirma Suzanne y James en “Who financed Hitler’s Rise to Power”.
La política le ayudó a comprar todo lo que hacía falta en el ascenso: propaganda, publicidad periodística, votos; si requería el caso. Siempre se valió del antisemitismo, mostró a los judíos como una amenaza para la humanidad, lo cual impactó en la clase acomodada que quería a toda costa salvar sus capitales.
Efectivamente, fueron los financistas alemanes los primeros en apoyar a Hitler. La mayor parte eran hombres de negocios, pero, increíblemente también fueron judíos que en los primeros momentos vieron en este personaje la salvación de sus finanzas invertidas y que debido a la inflación, veían esfumarse sus capitales. Sí, fueron judíos industriales, poderosos, algunos por voluntad propia y otros con el transcurrir del tiempo esperaban misericordia y otros, porque sus empresas fueron confiscadas.
Las ideas que presentó Hitler sobre el comunismo y la presencia judía en el mundo de las finanzas, prácticamente constituían una amenaza. Así, el Partido Nazi contó con el financiamiento de grandes empresarios, pero no suficientes. El aparato nazi, necesitaba cuantiosos capitales, por lo cual, tuvieron que recurrir al mundo capitalista extranjero. Hitler como sus asesores ( Goebbels, Strasser, Goering,Himler), detestaban al capitalismo por considerarlo que éste venía de los judíos.
Larga es la lista de empresas extranjeras que colaboraron y obtuvieron, a cambio, enormes ganancias. Diseñadores famosos como Hugo Boss, perfilaron y fabricaron los uniformes primero para la SS y luego para el ejército alemán.
La Wolkswagen fabricó para los nazis automóviles, que se constituyeron en el auto ideal para la familia alemana; la IBM, en acuerdo con el Chase BanK, contribuyó con la clasificación y categorización completa de los judíos existentes, primero en Alemania y luego en la Europa nazi. Asi, estas empresas trabajaron con los nazis recopilando datos, obras de arte, posesiones, dinero en Bancos, o propiedades de los judíos. Solamente así se puede entender el control total de los bienes y la congelación de cuentas dentro de Alemania y otros países ocupados como Francia.
A muchas de estas empresas les atemorizaba la idea del comunismo y ésa es la razón por la que apoyaron a Hitler; pero, dentro de ésta, también hubo sentimientos antisemíticos; tal es el caso de Henry Ford, el cual aportó desde sus fábricas, “1 de cada 3 camiones construidos”, mismos que eran destinados al ejército alemán.
La BMW, a quienes los nazis proveían de mano de obra esclava (judíos) en sus empresas, aprovecharon abiertamente. “La esclavitud permitida” a cambio de la fabricación de motores para la Luftwaffe (fuerza aérea alemana). La General Electric se asoció con la casa Krupp alemana para elevar los precios de la materia prima de la maquinaria de guerra. Trabajar desde Estados Unidos con su socio alemán, no fue un inconveniente a fin de obtener grandes ganancias en la guerra, a pesar de que Alemania era enemigo de Estados Unidos, a quien tenía que vencer.
Wall Street, también tuvo un papel importante en el financiamiento del Partido Nazi. Se afirma en la página Web de Niedzilla,Czerwiec “Los fondos de Hitler”, que desde el año de 1929, hasta 1933, aportó con 32.000.000 de dólares”. En 1933, año de llegada de Hitler al poder, los arreglos con Wall Street, contribuyeron a los préstamos para reparaciones militares que tanto urgían según las ideas de aplicación del “Nuevo Orden”.
El ejemplo financiero, más importante, en la campaña de Hitler fue Fritz Thyssen, quien a través del Bank Voor Hand, obtuvo un crédito de 250.000 marcos, en efectivo. Hasta 1944 todos los préstamos y contribuciones se hicieron en efectivo y sin mayor conocimiento del público. Estas operaciones contribuyeron al lavado del dinero, así era más fácil distribuir entre los miembros más cercanos del nazismo.
El lavado del dinero fue un oficio común entre los nazis, señala Sutton, Anthony en su libro Wal Street and the Rise of Hitler. En 1933 “un total de 3 millones de marcos fueron suscritos por empresas norteamericanas y lavadas por medio del Banco Schikler. Este dinero fue el inicio de pasos estratégicos para asegurar la llegada al poder. Es comprensible, entonces, el rápido ascenso, todas las acciones arrogantes, el despliegue de poder en desfiles y manifestaciones paralelas en Nuremberg, o Berlín, las grandes mansiones de Hitler y de los jerarcas nazis, las campañas, los referéndums para dar legitimidad a las acciones del partido. Claro, solo se podían ejecutar con buenos y poderosos patrocinadores.
Incomprensiblemente, también esos capitales, se encaminaron a la construcción de los campos de exterminio, tal es el caso del Deutsche Bank, pues con sus aportes fue construido el campo de concentración de Auschwitz.
Hitler, también, recibió ayuda de “los sectores más reaccionarios, indispensables para llegar al poder y luego gobernar levantando a Alemania de la terrible crisis, a decir de Abel Basti en su libro “El exilio de Hitler”. A cambio, crecieron los negocios y las finanzas de empresarios y banqueros norteamericanos que obtuvieron millonarias ganancias antes y después de la guerra.
Bibliografía:
Los Fondos de Hitler y de NSDAP. Niedziela, Czerwiec
Wall Street and the Rise of Hitler. Sutton, Antony
Los amigos de Hitler Http://milucha.org “Los amigos de Hitler”
Suzanne y James, “Who financed Hitler’s Rise to Power
El exilio de Hitler, Abel Basti, Ed. Sudamericana
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