REFRANES Y DECIRES ECUATORIANOS

Por Piedad Larrea Borja

 

Quien juega con fuego, sale quemado.

La ignorancia es atrevida.

Las apariencias engañan.

Quien siembra vientos, cosecha tempestades.

Se cosecha lo que se siembra.

No hay que decir zape, hasta que la tierra no te tape.

Del viejo, el consejo.

A palabras necias, oídos sordos.

Quien mal anda, mal acaba.

Hombre prevenido, vale por dos.

Al mal tiempo, buena cara.

El perezoso trabaja dos veces.

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

Lo mal adquirido, el diablo se lo lleva.

Quien ama el peligro en él perece.

Ni ojo en carta, ni mano en plata.

Haz el bien y no mires a quien.

En boca cerrada no entra mosca.

El que la hace, la paga.

Franqueza es nobleza.

El, que no madruga, no entra en el cielo.

Querer es poder.

Quien con lobos anda, a aullar se enseña.

Lo cortés no quita lo valiente.

Quien dice lo que no debe, oye lo que no quiere.

Más pronto se coge al mentiroso que al ladrón.

Comprar lo que no ha menester, modo seguro de empobrecer.

En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.

Querer es poder.

De la calumnia algo queda.

Nadie come gallina gorda por mano ajena.

Agua que no corre y cuchillo que no corta, poco importa.

De lo bueno, poco.

Del mal, el menor.

Primero es la camisa que el sayo.

A buena hambre, no hay pan malo.

Más vale solo que mal acompañado.

Grano por grana llena la gallina el buche.

Por la plata baila el perro, por el oro, perro y perra.

Del árbol caído todos hacen leña.

El pez grande se come al chico.

El vivo vive del tonto y el tonto de su trabajo.

Échate en la cama y verás quién te ama.

Dime cuánto tienes y te diré cuánto vales.

El muerto se hace más pesado, cuando hay quien lo cargue.

Hoy por ti, mañana por mí.

El que parte y reparte se queda con la mejor parte.

Menos boca, más me toca.

El día que el pobre lava la camisa, llueve.

Piensa mal y acertarás.

Ningún comedido sale con la bendición de Dios.

Peor es el remedio que la enfermedad.

La necesidad tiene cara de hereje.

Lo que hace un tonto, no hace un terremoto.

Yo te ofrezco y busca quién te lo dé.

Nadie sabe para quén trabaja.

La ropa sucia se lava en casa.

El tono hace la canción.

Por el hilo se saca el ovillo.

Donde manda capitán, no manda marinero.

Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto.

Huir del buey manso.

No hay peor sordo que el que no quiere oír.

Del lobo, un pelo.

Una golondrina no hace verano.

Donde hubo brazas, cenizas quedan.

Quien te canta la copla, te la sopla.

Del agua mansa líbreme Dios, que de la brava me libro yo.

Nadie compra pan para vender pan.

Amigo no quita amigo.

La pelea es peleando.

Quien tiene boca, se equivoca.

Guerra avisada no mata gente.

Ladrón que roba a ladrón, cien años de perdón.

La ocasión hace al ladrón.

Mal de muchos, consuelo de bobos.

Quien ríe al último, ríe mejor.

  

Piedad Larrea Borja, Refranes y Decires de la Llacta Mama, León Ediciones, Quito, 1996.

 
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Quito, Ecuador

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