Por: Vinicio Ortiz

 

Hubo una vez una chica a quien le gustaba lavar su cabeza todos los días en una laguna que estaba muy cerca de su casa.

Pero no estuvo lavándose el cabello todo el día; a ella le encantaba quedarse por largos períodos de tiempo contemplando las tranquilas aguas de la superficie también como la naturaleza a su alrededor.

Una anaconda que vivía en la laguna solía mirarla todos los días; con el tiempo la anaconda se acercaba más y más hacia la chica, hasta que un  día él se presentó a sí mismo a la chica pero en la forma de un hombre. (A veces algunos animales toman formas humanas para acercarse a la gente).

Ellos se volvieron amigos y luego de algún tiempo ellos se enamoraron, y ellos se veìan todos los días en la orilla de la laguna.

Un hermano de la chica, dándose cuenta que su hermana salía de casa con una expresión de esperanza en su cara y regresaba a casa llena de suspiros, decidió seguirla para ver por sí mismo cuál era la causa de aquello.

El hermano se escondió tras de unos arbustos y vio que tan pronto como la chica se acercaba a la orilla una enorme anaconda emergía de la laguna.

Se trataba de su amante pero su hermano no lo sabía y él creyó que este animal se iba a comer a su hermana, así que de pronto apareció gritando y sacando su lanza listo para matar.

Mató a la anaconda y la chica regresó muy triste a su casa. Una vez ya en la casa ella contó la historia de su amante, el espíritu de la anaconda, pero a nadie le agradó esta relación.

Luego de un tiempo la chica se dio cuenta que estaba embarazada.

Y luego de nueve meses la chica dio a luz a un hermoso niño humano, su piel era normal, no mostraba ninguna anormalidad, era un niño totalmente sano.

El tiempo pasó y el niño y su madre solían salir todos los días a la misma laguna a jugar, a nadar y a disfrutar.

Un día el muchacho estaba buceando y de pronto apareció una anaconda en frente de sí, esto asustó al muchacho un poco pero para entonces la anaconda habló:

"Yo soy tu tío, he venido para llevarte conmigo, no tengas miedo, llama a tu madre".

El muchacho llamó a su madre y los dos se sumergieron en el agua y tan pronto como se sumergieron su cuerpo cambió de forma, ellos se volvieron anacondas, también.

Entonces ellos se fueron a vivir bajo el agua con su nueva familia.

  Leyendas de la Amazonía, Ediciones ABYA-AYALA, 2007.

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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