Fuente oral: Luis Ubidia
 Recopilación: Dorys Rueda
Otavalo, 1985
 
 

Eran tiempos en que no había luz en Otavalo y los niños y jóvenes se divertían en las calles, hasta entrada la noche, sin el peligro que existe hoy en día. 

Los padres aconsejaban a los hijos que no fueron al viejo molino en las afueras de Otavalo, junto al río Yanayacu, porque allí habitaba el duende: un ser sobrenatural que medía medio metro. Decían que se aparecía a quien él quería, después de las seis de la tarde. A veces no hacía nada, pero otras, se enojaba mucho y tiraba piedras al que pasaba delante del molino.
 
Un día, un joven alto y fornido que había estado bebiendo en una esquina, se atrevió a pasar por el lugar, desoyendo los consejos de los mayores del pueblo. Cuando estaba a medio metro del sitio, vio a un hombre pequeño, con un gran sombrero, que se le plantaba delante de él. El muchacho se detuvo y le dijo:
 
 -Oye, enano, apártate de mi camino, si quieres salir con vida de este lugar.

El duende, con furia, le respondió:

-No sabes con quién te metes. Si yo fuera tú, saldría disparado, en este mismo instante.

El joven, como respuesta, le lanzó toda clase de insultos, agravios y ofensas. Luego, le atacó con sus puños.

Los dos cayeron al suelo, llevando la peor parte el muchacho. Durante la pelea, no sintió los golpes certeros que le propinaba el duende, pero cuando la riña terminó, vio que estaba malherido. Le costó incorporarse y levantarse. En ese momento, se percató  que el duende había desaparecido. Del susto, se le quitó la borrachera y a toda velocidad, emprendió el camino hacia su casa.

Llegó muy agitado y contó a su familia lo que le había sucedido con el hombre pequeño. Sus parientes guardaron silencio, pero un frío glacial les recorrió el cuerpo. Al día siguiente, el joven enfermó gravemente. La familia hizo todo lo posible por salvarlo, pero el muchacho murió a las pocas horas.  La gente decía: "El responsable de la desgracia del chico es el trago, porque el duende no soporta a los borrachos y menos aún, a los pleitistas y revoltosos que pasan por el molino".
 

 

INFORMANTE

Luis Ubidia

Otavalo: 1913-2000

Fue un prestigioso maestro que empezó su carrera docente en 1935, en San Pablo de Lago, en la escuela Cristóbal Colón. Después pasó a la escuela 10 de Agosto de la ciudad de Otavalo, plantel donde había estudiado su educación primaria.

En 1936, viajó a Quito para trabajar en la Anexa del Normal Juan Montalvo. En 1970, después de una ardua y fructífera labor como profesor, se acogió a la jubilación   y fue articulista en los medios escritos de la provincia de Imbabura, con un claro enfoque de justicia y rectitud, en los temas de la vida local del cantón Otavalo.

Escribió artículos de investigación científica y notas poéticas. Tiene 28 publicaciones.

 

 
 
Portada: Duende mágico / Oniris / Leticia Zamora
 

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  • homeLa autora Dorys Rueda, 13 de Febrero del 2013.
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